"Tengo la conciencia muy tranquila"
Luis Bardají, propietario del cámping Las Nieves, intenta recuperarse anímicamente de la catástrofe del pasado día 7 y encarar el futuro. "Tengo la conciencia muy tranquila. Siempre he actuado con la legalidad por delante y en el cámping tenía mi casa, su vida y la de mi familia".Acogido en la vivienda de un amigo, en la localidad de Gavín, apenas a tres kilómetros de Biescas, la familia ha precisado apoyo psicológico. La esposa de Bardají, María José, es la mas afectada, pese a la ayuda médica que ha recibido.
Bardají, de 53 años, es natural de la localidad pirenaica de Broto, en las estribaciones del Parque de Ordesa, donde regentaba un bar. Dejó estas instalaciones al casarse, por deseo de su mujer, y se trasladaron a Zaragoza, donde trabajó como agente comercial.
El cámping, una afición que cultivaba desde joven, se convirtió en una obsesión, y a comienzos de los años 80 encargó estudios con la intención de construir uno. Biescas quedaba a mitad de camino de su pueblo y el de su mujer, Senegüé, y era uno de los enclaves turísticos con mayor capacidad de desarrollo del Pirineo aragonés. Las buenas relaciones con los gestores socialistas de la época completaron la elección.
Afrontó las primeras inversiones con el dinero ahorrado y consiguió financiación bancaria para la apertura del cámping, que todavía pagaba en el momento de la tragedia.
Todavía no ha pensado en el futuro, aunque no descarta reiniciar la actividad en otro cámping. Para ello contará con el apoyo del alcalde de Biescas, Luis Estaún: "El cámping era fundamental para la economía de Biescas y facilitaremos su reconstrucción en otro paraje". El cambio de ubicación tiene que ver, según el alcalde, con "una cuestión de sentido común", no con la peligrosidad de la zona en la que se enclavaba. La Asociación de Hostelería de Huesca y la Asociación Aragonesa de Cámpings también han ofrecido ayuda a Bardají.
