Sí, pero ganan
Son fáciles de sustituir los puntos suspensivos. De hecho, en el texto se dice: "Sois todas unas putas". Es una frase que he oído repetir desde mi niñez. No tengo ninguna seguridad de que sea machista, como pretende la propaganda de la obra, y hasta -también- su texto, su organización: una pareja que, desde el público, se marcha gritando, y que luego en el escenario es una de las tres que componen la situación. Más bien es frase de hombres desesperados: de víctimas, de engañados o de humillados, cosa que nunca será un machista. Es una discusión, de todas maneras, que se ha ido haciendo tonta (todo se ha ido haciendo tonto) y que no merece la pena ni siquiera buscar en esta obra: tiene foros más altos, políticas reales, sociologías interesantes.Esta obra: tres parejas que se pelean, discuten, se engañan, se reprochan, se abandonan, regresan. Pensé al principio que era una copia de serie de televisión: luego vi que es mejor, que este Luis Lázaro que firma el texto y la dirección -no tengo precedentes- es mejor que las glorias nacionales que hacen las series, y que este primer actor joven, cómico, Manuel Rochel -también sin antecedentes para mí- es mejor que las grandes figuras que cobran millones inauditos. (Recuerdo que mejor y peor son sólo términos relativos a los dos sujetos que se comparan). En el teatro se conserva todavía una dignidad: el hecho de tener al público delante, seguramente, recuerda a quienes trabajan la dignidad profesional que otros pierden, junto con su nombre y su fama.
Sois todas unas
..Director: Luis Lázaro. Guionista: Luis Lázaro. Intérpretes: Manuel Rochel, Fanny Condado, Chiqui Fernández, Alfonso Asenjo, Luis Lázaro y Celia Ballester. Teatro Reina Victoria, 14 de agosto de 1996.
Comedia para reír, amparada en el mes de agosto de Madrid donde todo está vacío: no más allá. Pero las seis o siete filas del patio de butacas que había el jueves por la tarde reían. Mujeres y hombres. Las mujeres reconocían, sin duda, que aparecen aquí en el papel de vencedoras a la antigua usanza, y que llevan a sus vacilantes y miedosos galanes a la ceremonia final. Un objetivo cumplido.
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