_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Han visto a Joe?

La frase definitiva sobre el realismo acaba de pronunciarla el gran Gonzalo Suárez en Santander: "El realismo es muy caro". Así lo explica: "En una producción norteamericana es posible que un personaje entre en una sala de billar abarrotada, pregunte '¿Han visto a Joe?', le digan que no y se vaya, en concordancia con el realismo más estricto. En España, para que un productor monte una sala de billar abarrotada tiene que haber, como mínimo, un asesinato encima del tapete". Definitiva. Pero no hay que reducirla al cine. La literatura realista es carísima: hay que aguardar a la intemperie; hay que observar los detalles del mundo con extrema paciencia -es tan caro como la caza-; hay que anotarlo todo con esa inteligibilidad que garantiza haber comprendido. Para escribir con éxito algo tan aparentemente simple como -¿Han visto a Joe? hace falta un entrenamiento muy duro. Porque cuando uno lee -¿Han visto a Joe? sabe de qué le hablan. No le hablan en nombre de la imaginación poética, no le estafan en ese dulce nombre. Las literaturas pobres, o las literaturas empobrecidas, carecen de buenos dialoguistas. "El realismo es como la electricidad", decía Wolfe: la electricidad es cara. No hablemos ya de la literatura dramática: es muy caro escribir cuatro líneas reales. Y mucho más decirlas realmente: hay que formar actores, hay que hablarse cara a cara con una cierta tradición. El decir farsesco, o transidamente poético, sale más barato: y como nadie dice -¿Han visto a Joe?, nadie pide cuentas. En el mismo Santander, Pérez-Reverte dijo que lo nuestro, nuestra poética, es Puerto Hurraco -confunde el realismo con el agro: no ha leído a Wolfe-, que basta de road movies -como si el Quijote no fuera una road movie-. Nada de eso: lo nuestro -a la fuerza ahorcan- es el cadáver de Joe tendido sobre un tapete de billar. La muerte del realismo, quiero decir, que no me expreso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_