La destrucción, paso a paso
La Casa del Tesoro se veía anteayer, a las cinco de la tarde, amenazada. La fotografía superior, que data de esa hora, es la última donde los vestigios se pueden ver completos. La explanación de la zona en torno suyo revelaba la preparación de una superficie de trabajo, para que las máquinas accedieran con facilidad a la Casa.Ya en la madrugada de ayer aparecen los ataques a la parte central de las ruinas, donde se localizaba el pasaje de la Encarnación que unía el Alcázar con su edificio anejo. En la instantánea central, tomada a las 2.00 de ayer, los escombros atestiguan la destrucción de que ha sido objeto.
Las grandes piezas de piedra que remarcaban las ventanas, numeradas con pintura roja, se van amontonando en un camión. Para arrancarlas, los operarios atacan la fábrica de ladrillo con taladradoras. El volquete que aparece en primer plano de la fotografía inferior -que data de ayer a las ocho de la mañana- es el encargado de sacarlas, mientras la excavadora acomete contra otro punto de las ruinas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.