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Los republicanos inician hoy el arranque oficial en la carrera hacia la Casa Blanca

Antonio Caño

Hay muchas maneras de llegar a San Diego, ciudad costera al sur de California, para participar en la Convención del Partido Republicano, que comienza hoy. La convención supone oficialmete el pistoletazo de salida de la campaña electoral, el arranque en la carrera hacia la Casa Blanca. Y con la convención llega el dinero, los discursos, las bandas de música, los globos tricolores y la búsqueda desesperada de unos minutos de televisión; todo lo que conforma el circo de la democracia norteamericana.

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La mejor forma de llegar hoy a San Diego es a bordo del tren Victoria Express, que llevará desde Oakland a los principales dirigentes conservadores. Claro que esa es también la forma más cara: los billetes para sentarse cerca de Newt Gingrich o Phil Gramm cuestan entre los 1.500 y los 5.000 dólares (entre 192.000 y 640.000 pesetas), los vagones más baratos y con menos figuras rondan los 350 dólares.El dinero es esencial. La organización de una convención no cuesta menos de 30 millones de dólares, que tienen que salir, en buena parte, de las arcas de las compañías de Estados Unidos. Philip Morris, la principal productora mundial de tabaco, patocina por ejemplo, el recorrido del Victoria Express con 25.000 dólares. Otras marcas han sido invitadas también a desplegar su publicidad en el tren, que aportará en conjunto alrededor de medio millón de dólares.

La presencia de Philip Morris, que es no de los principales contribuyentes de esta convención -1.255.000 dólares para los republicanos, sólo 350.000 para la convención demócrata-, es una de las más polémicas. La mayoría de los políticos, norte americanos acusan cada día a los empresarios del tabaco de envenenar al pueblo, pero recurren a ellos cada vez que se acerca una campaña electoral. Bob Dole está particularmente bien relacionado con ese negocio, hasta el punto de que hace poco más de dos meses provocó una intensa polémica al expresar dudas de que la nicotina provocara adiccion.

ATT, la compañía de telecomunicaciones, aportará un millón y medio de dólares para la convención republicana, y otro tanto para la del Partido Demócrata. "Estos acontecimientos nos dan la oportunidad de relacionarnos con miembros del Congreso que pueden jugar un papel en asuntos importantes para ATT", ha comentado el portavoz de esa firma.Más de 45 empresas norteamericanas -entre ellas compañías aéreas, fabricantes de cerveza y bancos- han entregado en San Diego cheques por 100.000 dólares o más. En total, los dirigentes republicanos esperan obtener del capital privado por encima de los 12 millones de dólares. Eso sin contar los 60 coches, que entrega General Motors o los 300 vuelos que regala United Airlines. En el conjunto de esta campana presidencial, el Partido Republicano ha recogido ya 84 millones de dólares entre las em presas y poderosos. hombres de negocios.

Estas donaciones estarían prohibidas si se presentaran formalmente con el propósito de influir en la política del partido al que se destinan. Pero las leyes permiten ilimitadas contribuciones, con fines cívicos, a los comités locales que coordinan la convención.

El resto de lo que se gastará en San Diego saldrá del bolsillo del contribuyente. De acuerdo con la legislación norteamericana, el Gobierno federal está obligado a pagar a cada partido 12 millones de dólares para la organización de sus convenciones. Las ciudades en las que éstas se celebran, también contribuyen. En este caso, San Diego pondrá 6,5 millones de. dólares, y Chicago, 10 millones.

La decisión de costear las convenciones con recursos públicos fue tomada en el clima anticorrupción que siguió al escándalo Watergate. En aquellos años, los políticos parecían ser mucho más pudorosos, y la convención republicana de 1972 fue trasladada, precisamente desde San Diego a Miami después de que se filtrara la noticia de que ITT había aportado 400.000 dólares para la organización del acontecimiento.

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