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El rey Hussein visita Arabia Saudí para sellar la reconciliación

La reconciliación entre Arabia Saudí y Jordania obtuvo ayer un espectacular sello oficial cuando los reyes Falid y Hussein se besaron las mejillas en Yedda tras seis años de resentimiento, intriga y revancha. Fahd, que en dos ocasiones anteriores se negó a dar audiencia a Hussein, acudió a dar la bienvenida a la comitiva jordana en el aeropuerto real en un gesto pensado para mostrar ante las cámaras de televisión el punto final al enfrentamiento jordano-saudí. La ruptura se había producido por la solidaridad de Hussein con Bagdad durante la invasión iraquí de Kuwait en 1990.La visita de Hussein se inscribe en el marco de intensos esfuerzos diplomáticos árabes para coordinar estrategias frente a lo que muchos gobiernos árabes perciben como un veloz y peligroso distanciamiento de Israel del proceso de paz en Oriente Próximo. El monarca jordano, que a menudo actúa como intermediario oficioso entre Israel y sus vecinos, ya ha conseguido neutralizar las tensiones entre Ammán y Damasco.

En el plano bilateral, la reconciliación con los saudíes puede recompensar económicamente la tenacidad jordana. Los vínculos de Jordania con los multimillonarios Estados árabes del Golfo sufrieron un duro revés durante la crisis de 1990-1991, que fue particularmente traumático para la economía de Ammán porque Arabia Saudí cortó el abastecimiento de petróleo. Desde entonces, el rey Hussein -que ha dado refugio a opositores iraquíes, ha pactado la paz con Israel y ha brindado facilidades para ampliar la influencia militar norteamericana en la zona- ha cambiado radicalmente de posición. El rey se ha convertido en un abanderado de la causa para derrocar al régimen de su ex amigo Sadam Husein, el enemigo número uno de los saudíes.

Serios problemas económicos

Los serios problemas económicos del reino jordano y que según algunos analistas amenazan con desatar una verdadera "rebelión del pan", figuran prioritariamente en la agenda del encuentro. Petróleo saudí, abundante y barato, puede ser uno de los recursos para salir del atasco.Para Hussein, su primer encuentro con Fahd en seis años se había convertido, además, en una cuestión de prestigio y orgullo personal. Tras un viaje a Arabia Saudí con motivo del peregrinaje a La Meca en febrero pasado, Hussein retornó a su palacio en Ammán sin haber visto a Fahd, que adujo motivos de salud para excusar el encuentro, y encargó al príncipe heredero Abdulá que atendiera al visitante. Horas después, sin embargo, Fahd estaba presidiendo una reunión del gabinete. Hussein ya había sufrido un desaire similar anteriormente y esta vez exigió garantías de que sería recibido.

[Dos milicianos pertenecientes a organizaciones palestinas basadas en Damasco murieron ayer en el sur de Líbano en un enfrentamiento con una patrulla israelí, según anunciaron fuentes palestinas, informa la agencia France Presse.]

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