83 cadáveres rescatados y tres desaprecidos, balance a los cinco días de la riada de Biescas

La catedral de Jaca (Huesca), uno de los principales hitos en el Camino de Santiago, quedó ayer pequeña para acoger a las más 2.000 personas (residentes en la zona, turistas y autoridades) que se concentraron a mediodía en la capital de la Jacetania. Era el primer homenaje religioso a las víctimas de la tromba de Biescas y a él asistieron dos ministros y cinco presidentes de comunidades autónomas.. Dos obispos presidieron las exequias: el navarro, titular de la diócesis, José María Conget, y el guipuzcoano José María Setién, que se sumó así al recuerdo de las víctimas de origen vasco. Hasta ayer habían sido rescatados 83 cadáveres, todos identificados, mientras dos niños y una mujer están dados judicialmente por desaparecidos.

Hasta 40 representantes políticos e institucionales se trasladaron a Jaca para arropar a los familiares de las víctimas y expresar su agradecimiento a quienes participan desde el pasado miércoles en las labores de búsqueda y rescate de las víctimas de la riada y a los que atienden a los afectados.No hubo declaraciones. Todos los dirigentes políticos declinaron hacerlas. Los ministros de Trabajo, Javier Arenas, y de Sanidad y Consumo, José Manuel Romay Beccaría, se incorporaron a la caravana de presidentes autonómicos presentes: Jordi Pujol (Cataluña), Alberto Ruiz-Gallardón (Madrid), Eduardo Zaplana (Comunidad Valenciana), Juan Cruz Allí (Navarra, en funciones) y Santiago Lanzuela (Aragón), que también tuvieron respaldo de "segundo nivel" por parte de otras autonomías.

Sólo el presidente del Gobierno aragonés pronuncio unas palabras al finalizar el acto religioso y lo hizo en nombre de todos los demás. Lanzuela, coordinador además de las labores de rescate, agradeció "las muestras de solidaridad recibidas desde toda España" siguiendo la línea del obispo Conget en su homilía.

El oficiante principal había pronunciado antes palabras de esperanza y agradecimiento para quienes se han dedicado a ayudar a los que estaban sufriendo. Conget fue realista, sin embargo, al hablar a sus fieles y admitió que "la herida sigue abierta", en referencia al "lógico dolor" por la tragedia.

El obispo jacétano pidió que él reconocimiento expresado a los habitantes de Biescas por sus trabajos, casi hasta la extenuación, se prolongue a los de toda la comarca y a los voluntarios venidos de lejos.

En el exterior, quienes no habían podido entrar en el abarrotado templo colapsaron las plazas y calles adyacentes. Ojos enrojecidos, lágrimas y palabras de lamento, por un lado, y de gratitud hacia la ayuda recibida, por otro.

El llanto brotó, una vez más, de los ojos de Luis Bardají, el dueño del cámping Las Nieves, que no faltó a la misa, como tampoco los miembros de su familia. Apenas fue capaz de articular palabra: "No hemos querido dejar de estar aquí...". Es lo único que pudo decir". Bardají ha recibido un telegrama de solidaridad enviado por María del Carmen Maciá, dueña del cámping Los Alfaques, de Tarragona, en el que el 11 de julio de 1978 murieron 215 personas por el incendio causado por un camión cargado de propileno que invadió el terreno.

La corporación municipal de Biescas en pleno, compuesta por representantes del PP, el Par, el PSOE e IU, asistió ayer al oficio religioso junto a alcaldes y ediles de otras localidades aragonesas.

El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes, oficiará a las ocho de la tarde de hoy en la basílica del Pilar, de Zaragoza, otro funeral, transmitido en directo por TVE.

Mientras tanto, las autoridades han anunciado que los rastreos en busca, de cuerpos se mantendrán como mínimo hasta finales de agosto en el área comprendida entre el cámping de Las Nieves y la presa de Sabiñánigo. Judicialmente, se da por desaparecidos a Javier Martínez Doménech, de seis años, natural de Barcelona; Blanca Prieto Tapia, de siete, de Granada y residente en Vilafranca del Penedés (Barcelona), y María del Valle Campos González, de 3 1, de Utrera.(Sevilla).