_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Chiapas, contra el neoliberalismo

Es tan peligroso el ideario liberal que, tras el sangriento fracaso del fracaso y la comuna, vuelven a formarse coaliciones ideológicas para cerrarle el paso. Los rebeldes de Chiapas convocan a la progresía mundial para defender la tribu contra la libre economía. Un ministro francés alerta a la opinión para defender la nación contra la competencia salvaje. El nuevo lema es "protejamos la sociedad civil de la mundialización".Los indios de Chiapas pecan de inocentes: los políticos europeos no pasan de ser cínicos. En efecto, sueñan los unos con poner el Estado al servicio de los pobres y de la cultura; pero los otros saben que los ricos acaban capturando los resortes del poder cuando se abandona la imparcialidad.

Llevamos los economistas liberales más de dos siglos luchando contra el "mercantilismo", como llamó Adam Smith al sistema de intervención y privilegio. La política económica mercantilista de las monarquías absolutas del siglo XVII consistía aparentemente en medidas estatales de fomento de la riqueza nacional; mas en la práctica se concretaba en la concesión de monopolios a fábricas nacionales, a gremios de fabricantes o a compañías de mercaderes, a cambio de pingües compensaciones al Tesoro de Su Majestad.

Baste un solo ejemplo. El Pacto de Familia firmado entre Luis XIV y Felipe V al término de la Guerra de Sucesión de España concedió a Francia el privilegio de enviar todos los años un "navío de visita" a Cartagena de Indias sin pasar por Cádiz, cargado de esclavos negros y mercaderías francesas. No era coincidencia que tanto el Rey Sol como su nieto tuvieran una participación personal del 10% en los beneficios de cada expedición.

Habría sido más conveniente para el desarrollo de los reinos españoles de ambos lados de la mar océana el que el comercio indiano no hubiese estado tan "protegido"; y hoy es la libertad económica en un marco de respeto de los derechos humanos lo que de verdad redime a los pobres. Entonces, ¿por qué tanta esistencia frente al libre mercado? Dos son las razones principales: la resistencia al cambio y la protección de las rentas de situación. En una economía libre quiebran los productores que no producen lo que el mercado demanda; y, sobre todo, pierden sus subvenciones muchos privilegiados.

En 1995, los subsidios de explotación y las transferencias de capital otorgadas por el Estado español a actividades productivas públicas y privadas sumó la cantidad de 3,9 billones de pesetas. A esto hay que añadir 2,5 billones de "gastos fiscales", es decir, de reducciones de impuestos concedidas a las empresas; y otro billón de pesetas recibido de la Unión Europea. Todo ello equivale aproximadamente a un 10% del PIB. La supresión de tal maraña de privilegios permitiría una notable reducción de la carga fiscal que sorportan los más emprendedores, pero ¿adivinan el frente de resistencia que crearían los privilegiados frente a los productivos?

Entiendo el temor al futuro de los mexicanos de Chiapas, vista la explotación sufrida a manos de los mercantilistas del PRI. Ahora necesitan exportar libremente lo que producen con sus salarios que los instalados en la prosperidad llamamos "de miseria". En vez de eso, los ciudadanos de los países ricos intentan disimular las vergüenzas del proteccionismo comercial con una mínima hoja de parra, reclamando la asignación presupuestaria del 0,7% de su PIB para unas ONG que ellos mismos administran.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_