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TRAGEDIA EN EL PIRINEO

Biescas se vuelca para ayudar a las Víctimas

Los testimonios de quienes con las primeras luces del día regresaron al lugar del desastre no hacían olvidar el amargo juego de luces y sombras que acompañó toda la noche el trabajo de los servicios de rescate, a lo largo de un kilómetro de carretera destripada.La generosidad de los vecinos del Valle de Tena se hizo presente desde el primer momento. Ofrecieron alimentos, mantas y todo lo que fuera necesario, brindaron sus casas para acoger a los que lograron escapar del cámping y se lanzaron sobre el escenario del desastre para ayudar a buscar y rescatar a supervivientes y cadáveres.

José Luis Arambillet es un ejemplo. Poco antes de las cinco de la madrugada, aún entornaba sus ojos para localizar más cadáveres. "Hemos sacado ya cuatro, tres mujeres y un hombre. He venido desde Biescas con Ramón Rubá y José, otro amigo. Nunca habíamos conocido nada igual".

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"Me miraba y no pude salvarle"

"Junto a la carretera había una chica joven, desnuda, tendida entre piedras", recuerda. "Estaba desfigurada y envuelta en unas lonas. Otro de los cadáveres estaba semienterrado en el barro. Otro cuerpo apareció cerca y creímos que estaba muerto. Media hora después hemos podido salvarlo. Estaba vivo, aunque sepultado por un mar de arena y ramas".

José Luis interrumpe su relato. "¡Dios mío! ¿Cómo es posible que haya ocurrido esto?, insiste con sus manos heladas y repletas de barro, pocas horas después de la tragedia.

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