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Interior atribuye a etarras no fichados el asesinato de Isidro Usabiaga

Los estudios balísticos han determinado que ninguna de las dos pistolas con las que ETA asesinó al empresario guipuzcoano Isidro Usabiaga han sido utilizadas en anteriores atentados. El dato avala la sospecha policial de que los asesinos que actuaron en la madrugada del 26 de julio en Ordizia, mientras esa población guipuzcoana disfrutaba de sus fiestas patronales, forman parte de un comando legal (no fichado) surgido en el área de la comarca del Goiherri.Usabiaga había sido extorsionado con la exigencia del llamado impuesto revolucionario por la banda terrorista, que ayer reivindicó su asesinato acusándole de "colaborar con las fuerzas armadas" en la detención en 1993 de varios miembros de una red de extorsión, denominada Diru Gutxi.

En su comunicado, enviado a Radio Euskadi, ETA mantiene sus amenazas a los empresarios vascos y asume la autoría de 17 atentados turísticos y otras seis acciones terroristas. En su nota, no se menciona el reciente atentado de Calatayud (Zaragoza) en el que resultó herido grave el dueño dé un taller automovilístico.

En 1993, Usabiaga entregó a ETA 10 millones de pesetas. Las imágenes de la entrega fueron grabadas por la Ertzaintza y sirvieron para desarticular la citada red de chantaje.

En cuanto a la hipótesis sobre la elaboración del asesinato, ésta se sustenta en el hecho, aparentemente confirmado, de que los autores operaron con los rostros cubiertos con caretas, aprovechando que el guión de fiestas declaraba a esa jornada "día de disfraces".

La policía cree que Usabiaga fue seguido esa misma noche mientras tomaba vinos con sus amigos por las calles de Ordizia tras haber cenado en una sociedad gastronómica.

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