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Un informe del Ejercito belga propugna espiar a la sociedad civil

Bélgica no está en guerra con nadie, ni parece que pueda llegar a estarlo a corto plazo, pero, a falta de enemigo exterior, los militares belgas consideran que la inmigración constituye hoy la principal amenaza para el reino. Así se pone de manifiesto en un informe confidencial de 1995, desvelado esta semana por el diario Le Soir. El texto, cuya existencia ha sido confirmada por los militares, propugna la creación de una red de espionaje formada por oficiales. Su misión: infiltrarse en la sociedad civil para obtener información.El Ejército ha reaccionado con balbuceos a la publicación de estas informaciones. Ha confirmado la existencia del informe, elaborado en agosto del año pasado, pero ha matizado que el miedo a la inmigración no responde a una situación actual, sino a una hipótesis de lo que podría ocurrir en el futuro si Bélgica entrara en guerra.

Es entonces cuando los cientos de miles de inmigrantes -principalmente procedentes del Magreb y, en menor medida, de Europa del Este y África central- se convertirían en el enemigo número uno. Una explicación que aún ha exacerbado más las críticas en la prensa local.

El documento, titulado Plan Básico de la Defensa Militar del Territorio, señala que "un número creciente de extranjeros de origen variado, pero procedentes sobre todo de Africa- se instalan en los países de la Unión Europea. Numerosas comunidades de inmigrantes se han asentado en las grandes aglomeraciones, donde se encuentran igualmente los principales órganos de decisión. ( ... ) Si estos grupos de población entraran claramente en desacuerdo con la política belga, podrían desencadenar acciones con el objetivo de contrapesar esa política o dar a conocer sus reivindicaciones".

"Ojos de civil"

El general Brunin, máximo jefe de la Comandancia Territorial Interfuerzas, responsable del informe, ha salido al paso de las críticas de racismo y xenofobia suscitadas en la prensa por las propuestas militares: "El problema es que lo han leído con ojos de civil y está escrito para ojos de militar", afirmó en una rueda de prensa. El coronel autor del texto se defendió de esta guisa: "He tenido a mis órdenes excelentes soldados de origen extranjero", afirma para sacarse de encima las acusaciones de racismo.El Ejército afirma que se trata sólo de un documento que nunca se ha puesto en práctica. Pero, siguiendo las instrucciones del texto, en noviembre pasado se celebró ya un seminario en un regimiento de la provincia de Bravante y un ejercicio similar está previsto para septiembre próximo en Amberes, la principal ciudad de Flandes.

Los militares han tenido explicaciones aún menos sólidas en relación a la red de oficiales en la reserva a los que se encomienda la tarea de introducirse entre los círculos de la sociedad civil.

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El conocimiento de la existencia de esta red ha alimentado las especulaciones que maneja la prensa belga desde hace ya meses: la existencia de una especie de red Gladio, que desde hace semanas está siendo investigada por orden del ministro de Defensa, Jean-Paul Poncelet.

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