Veraneo presidencial en el Mediterráneo
Los Aznar ocupan una villa de 600 Metros, 14 habitaciones y tres baños
El presidente del Gobierno, José María Aznar, llegó al mediodía de ayer a la urbanización Les Platgetes de Bellver, en Oropesa (Castellón), donde él y su familia pasarán, por sexto año consecutivo, las vacaciones estivales. Su esposa, Ana Botella, y los dos hijos menores, Ana y Alonso, le esperaban desde el martes.Como única actividad oficial, Aznar tiene prevista una entrevista con el rey Juan Carlos, en Mallorca, aún sin fecha. La llegada del presidente, al volante de un Audi 100 negro, estuvo rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad.
La agenda de Aznar no incluye, por el momento, ninguna reunión con los dirigentes del PP en la Comunidad Valenciana, como el pasado año, ni se sabe todavía si celebrará la habitual cena con los militantes y simpatizantes del partido de Castellón.
El jefe del Gobierno llegó a la urbanización escoltado por tres vehículos. Había volado desde Madrid a Castellón en helicóptero. A los 15 minutos, saludaba a los periodistas en la puerta y posaba para los fotógrafos junto a uno de sus perros cocker. Fue educadamente escueto. Dedicará las vacaciones a descansar, aunque aseguró que se encuentra mejor que el año pasado. Una hora más tarde, el presidente y su esposa descendieron hasta la playa por el embarcadero del chalé, al que se accede directamente desde el jardín.
Aznar cambió su camisa azul claro por un traje de baño del mismo color. Su primera inmersión en aguas del Mediterráneo apenas duró 15 minutos. Guardias civiles y escoltas de paisano vigilaban desde la orilla y el paseo marítimo todos sus movimientos. Los vecinos observaron son expectación y algunos se acercaron a él para saludarle.
Aznar dedicó su primera atención a la presidenta de Unicef en Castellón, Isabel Diago, y a las esposas de algunos empresarios próximos al PP. Pese a que el periodista Luis Herrero, que también veranea en Les Platgetes, 'tomaba' el sol a escasos metros, Aznar no se acercó hasta él y se limitaron a intercambiar un saludo distante cuando el presidente y su esposa abandonaban la playa.
La visita de Aznar, por primera vez como jefe del Ejecutivo, ha obligado a desplegar un amplio dispositivo de segúridad. Desde mediados del pasado junio, los servicios especializados de La Moncloa han visitado regularmente la zona y miembros de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía controlan diariamente los accesos, aunque con una discreción absoluta.
Cámaras de vídeo ocultas graban a las personas que se acercan a la vivienda ocupada por los Aznar. No ha sido especificado el número de efectivos que controla el entorno y que completa el servicio de vigilancia permanente propio de la urbanización, compuesto por siete guardas que se turnan en la entrada.
Precisamente este aspecto es el que ha desatado opiniones opuestas entre los vecinos. Algunos están encantados con la vigilancia que se ha desplegado en la urbanización, donde aseguran que los robos son frecuentes, mientras otros han optado por abandonar su chalé durante el mes de agosto ante la presencia habitual de periodistas y fotógrafos y de numerosos agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
El matrimonio y sus hijos se alojan en un lujoso chalé cedido gratuitamente por José Soriano, presidente del Consejo de Administración y principal accionista de la empresa de pavimentos cerámicos Porcelanosa. La casa ocupa la primera línea de playa y fue construida hace 35 años sobre una parcela de 2.100 metros cuadrados.
Tiene 600 metros habitables y dispone de dos plantas independientes con 14 habitaciones y tres baños, además de jardín, piscina y un embarcadero con acceso directo desde el jardín. En la urbanización hay casi 200 villas más.
Línea directa
En los últimos meses, la familia Soriano ha acometido una serie de obras de acondicionamiento, como la instalación de aire acondicionado y la pintura de la fachada y del interior de la villa.Además, el empresario ha instalado en dos de los baños sendas duchas de hidromasaje, con un coste de dos millones de pesetas cada una, y ha hecho traer desde México dos pistas de padel, como regalo personal a Aznar, con el fin de que el presidente del Gobierno pueda practicar su deporte favorito en el jardín, en la más absoluta intimidad.
Una alta valla de brezo impide la vista de la vivienda desde el exterior. La propia esposa del empresario, Soledad Manzanet, ha supervisado las obras y ha decorado las dependencias. De hecho, Ana Botella tan sólo visitó el chalé en una ocasión, en un viaje relámpago que realizó el pasado 16 de mayo. Aznar, después de verlo ayer por primera vez, expresó su agrado.
Gracias a la presencia del presidente, también el entorno de la urbanización se ha visto mejorado. Telefónica instaló hace un mes una estación base para telefonía móvil, que amplía la cobertura y permite conectar una línea privada del presidente con La Moncloa y La Zarzuela.
Reformas de urgencia
El alcalde de Oropesa, Rafael Albert, del PP, tras tres años sin encontrar recursos económicos para ello, ha asfaltado la peligrosa curva de la carretera nacional 340, cercana al punto que sirve de acceso a la urbanización. El Ayuntamiento ha construido también un tramo de acera que posibilita la llegada a pie a la zona.Albert y el alcalde de Benicássim, Alejandro García, mantuvieron urgentes contactos con el servicio provincial de costas para intentar que regenerara a toda prisa la playa situada frente a la villa donde Aznar se ha instalado. Este tramo, a escasos metros de una playa nudista, es el que peores condiciones presenta, casi sin arena entre el paseo y el mar. La mejora, sin embargó, tendrá que esperar.
Con Aznar ha llegado la escolta presidencial, que se ha instalado en la misma villa que él y su familia ocuparon el pasado verano. Es de un industrial amigo de Carlos Fabra, presidente provincial del PP, y está a espaldas de la que el presidente ocupa este año.
Los servicios auxiliares de Presidencia se alojan en el hotel El Cid, en la misma urbanización. La Moncloa reservó las habitaciones del 1 al 31 de agosto, en pensión completa, por unas 9.000 pesetas por persona y día. El séquito ocupa 20 de las 54 habitaciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.