Mayor admite errores en la expulsión de 103 africanos

La expulsión de 103 inmigrantes ilegales africanos en la llamada Operación Melilla "no es el modelo a seguir", reconoció ayer en el Congreso el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Sin embargo, Mayor superó sin excesivas dificultades el reto parlamentario: explicar la deportación del centenar de inmigrantes que habían entrado ilegalmente en España a través de Melilla. Mayor admitió que los inmigrantes habían sido sedados y dio a entender que para financiar la expulsión se habían utilizado fondos reservados.

La oposición salió satisfecha por la promesa del ministro de que no se volverá a repetir este tipo de deportaciones masivas, pero mantuvo sus críticas sobre la posible vulneración de la ley al haberse expulsado a personas sin que antes se hubiesen estudiado sus demandas de asilo, aunque no aportó detalles sobre este extremo. El socialista Juan Alberto Belloch acusó a Mayor de haber violado la ley por expulsar a muchos de estos ciudadanos a terceros países, que no los suyos de origen o procedencia.El ministro reconoció que no estaba satisfecho de cómo se había hecho, aunque insistió en que actuaciones similares se habían realizado en la etapa del PSOE.

Aunque sin aportar datos concretos, el ministro dio a entender que se había pagado a algunos de los deportados y a los países que los acogieron.En otro momento de su intervención ante la Comisión de Justicia e Interior, Mayor admitió que se había utilizado un fármaco tranquilizante para sedar a los deportados en al menos dos de los aviones que transportaron a los subsaharianos. Willy Meyer, portavoz de IU, tildó la operación de "chapuza intolerable" para resolver un problema de orden público, y pidió que España haga cumplir a Marruecos el tratado de readmisión de extranjeros, que pasan desde su territorio.

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