EL CUADERNO DE VALDANO
Qué rápidos somos. Corriendo sí (9.84 los 100 metros) pero también pensando, viviendo. Por la mañana el espanto visitó los Juegos y con esa mentalidad tan entrenada para los récords, contamos las víctimas, reflexionamos un poco sobre la inoportunidad de lo trascendente y digerimos el drama con el poderoso estómago televisivo del que estamos dotados. Incapaz de diferenciar ficción y realidad. Sentimos un cierto alivio cuando comunicaron que los Juegos seguían su curso, como si nos complaciera creer que el poder contaminante de lo serio es limitado. A la tarde el drama estaba disimulado sobre montañas de músculos. La prueba de los 100 metros fue un símbolo finisecular: un interminable minuto de silencio antes de desafiar el tiempo. Rápido, rápido, rápido. Ante la sangre, ante la vida y la muerte, los Juegos son una farsa. Qué dolor comprobar que la sociedad de la mirada ya nos incorporó como cómplices. El espectáculo debe seguir porque nosotros mantenemos la televisión encendida.
..Saber manejar los partidos.
En Argentina se conoce como canchero al que sabe dominar las situaciones. Hablo de un país que., según aclaró, y con razón Martín Gil en el año 1923: "El hombre vivo se valora a mejor precio en materia de consideración social, que el hombre ilustrado o de talento". En el año 1969 le preguntaron al entrenador argentino Geronazzo cómo hizo campeón a Chacarita Junior, un equipo pequeño. La respuesta nos da una idea del prestigio de la picardía. "La primera vez que los vi me dije: 'Ningún equipo puede jugar bien si tiene más del 30% de bobos". Bajé el porcentaje y fuimos campeones". La tecnología punta de la viveza produce excesos, lo que ahora se llama consecuencias no deseadas. últimamente un partido en Argentina es una lucha entre pícaros. Lucha porque todos parecen enfadados, se pega demasiado y se juega poco. Entre pícaros porque si se comete una, falta primero hay que protestarla y después discutir el sitio exacto de donde debe sacarse, por 30 centímetros más adelante o más atrás hay un debate público en donde está implícito el honor de los cancheros. Si el árbitro es débil se lo comen los jugadores y si es duro lo linchan los aficionados. Fútbol feo pero dificilísimo, de manera que cada partido vale, en términos formativos lo que tres años de universidad. Por eso el jugador argentino de 20 años sabe latín. Personalmente me gustaría que también supiera historia y volviera a darle a la pelota la importancia que siempre tuvo.
Última Pregunta.
Creo haberlo entendido: el resultadismo es salir a defender con fiereza el empate y, si te meten un gol, cambiar a los que corren por los que juegan y salir a atacar, también con fiereza, para lograr el empate (puesto,que ahora se va perdiendo). Con perdón: ¿si el resultadismo no da resultados se sigue llamando resultadismo?
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