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Cómo rentabilizar 56.000 millones de pesetas

Críticas a las retransmisiones olímpicas exclusivas de los Juegos en EE UU

Se había dicho que Atlanta 96 serían los Juegos Olímpicos de los norteamericanos. Y la cadena de televisión NBC, que retransmite los juegos en. exclusiva en EE UU, se está ocupando de demostrarlo. Con sólo siete horas y media de programación diaria dedicada a Atlanta -de madrugada repiten unas pocas horas más-, los norteamericanos ven muchas menos pruebas que en Europa. Y lo que ven parece que sean campeonatos nacionales, pues la presencia extranjera en las pruebas se ignora o se critica. Un columnista de The New York Times ha dicho: "Sabemos que la cobertura de la NBC no es justa. Pero es un éxito. de audiencia".

Esta es la clave de la NBC: ofrecer cuatro horas y media a última hora de la tarde, durante el horario de máxima audiencia en EE UU, y dejar el resto de la programación intacta a excepción de tres horas por la mañana y una hora a partir de las 12 y media de la noche, cuando el país está durmiendo. De ese tiempo, han llegado a emitir quince minutos de anucios por hora, y además no se indica nunca si las imágenes son en directo o en diferido.

Aún así, los telespectadores norteamericanos están viendo más los Juegos de Atlanta que los de Barcelona. La NBC, que ha pagado 456 millones de dólares (56.000 millones de pesetas) por los derechos de los juegos, se las arregla además para mantener su programación matinal de culebrones y talk-shows, destinada a un público femenino que apagaría el aparato si pusieran una competición internacional.

En la primera ronda de ejercicios obligatorios de gimnasia femenina, el domingo por la noche, el equipo americano monopolizó de tal manera la retransmisión que nadie se enteró, por ejemplo, de la presencia española. En natación, la cámara jamás enfoca a un competidor extranjero, ni siquiera en los momentos antes de entrar al agua. Ayer, Martin López Zubero marcó la excepción en este aspecto.

Durante la ceremonia de inauguración, metían publicidad cuando desfilaban países de menor importancia deportiva, y aún no se ha visto ni un partido de fútbol, que es el deporte más popular del mundo. Estaban ocupados con el voleibol de playa, de gran aceptación en el sur de California. Cuando la nadadora irlandesa Michelle Smith ganó el lunes los 400 metros libres, derrotando a la gloria nacional Janet Evans, un entrevistador de la NBC bajó a la piscina y acosó a la europea, todavía chorreando agua, con una batería de preguntas sobre si se había inscrito para competir dentro de los plazos legales y si su excelente- tiempo se debía al consumo de drogas. Luego, cuando el ruso Alexandr Popov ganó al americano Gary Hall en los 100 metros libres, el presentador estrella de la NBC, Bob Costas, le retrató apresuradamente como un villano a causa de una respuesta cortante que había dado a un periodista americano.

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