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Misterio sobre la suerte de 10 inmigrantes expulsados que fueron acogidos en Camerún

La suerte que corrieron en diversos países de Africa la mayoría de los 103 inmigrantes expulsados de España está más o menos clara con la excepción de 10 deportados a Camerún cuyo paradero parece un misterio, según indican fuentes diplomáticas que han seguido de cerca la operación de repatriación que se produjo del 22 al 28 de junio. De los 103 inmigrantes ilegales, las diversas embajadas de España han comunicado que 19 fueron desembarcados de un avión militar en Malí, 2 en Guinea Bissau, 27 de Senegal y 32 en Camerún; en total, tres menos de los que supuestamente salieron de la Península.

Los que llegaron a la capital de Malí, Bamako, eran todos, aparentemente, malineses y allí se quedaron, pero sólo un puñado de los que aterrizaron en Dakar y en Bissau eran senegaleses o guineanos. Cuando, por ejemplo, la poli cía de Dakar concluyó la identificación de los deportados, comunicó a la Embajada de España que aquellos que no eran ciudadanos de ese país serían repatriados a sus lugares de origen. Los billetes de avión a los países circundantes fueron sufragados por las autoridades españolas.

Algo parecido ocurrió en Guinea Bissau donde, sin embargo, cinco de ellos permanecían a principios de semana en un centro de internamiento porque, al parecer, no eran guineanos ni tampoco se habían podido determinar de dónde eran originarios. Aunque estos deportados carecían de documentación alegaban que procedían de países conflictivos (Ruanda y Liberia) a los que es difícil devolverlos. Diego López Garrido, porta voz del Partido Democrático de Nueva Izquierda, no da crédito a esta versión. Afirmó que el presidente de la Liga de Derechos Humanos de Guinea Bissau, el portugués Fernando Gómes, pudo visitar ayer a los inmigrantes entregados a este país que, según él, son nada menos que 50 y están además encarcelados, según informa Idoya Noain. A los que son ruandeses o liberianos no se les ha dado la posibilidad de solicitar asilo político en Guinea Bissau.

En Douala, la capital económica de Camerún, las cosas se desarrollaron de forma diferente. El grueso de los deportados desembarcó allí y permaneció cuatro días en un hangar del aeropuerto. La Embajada de España se hizo cargo de su alimentación. En una situación algo similar de confinamiento se encontraron durante esos mismos días los 16 funcionarios de la Unidad de Intervención Policial que les acompañaron. Por razones de seguridad en una ciudad dónde la violencia callejera está en auge, según fuentes diplomáticas, o porque llegaron sin pasa porte ni visado a Douala, lo cierto es que no salieron de la planta del hotel donde se alojaban.

Devolver la pelota

Según comentó a la agencia Servimedia el secretario de organización del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José María Be nito, una vez en el hotel, los agentes cameruneses les rodea ron y les dijeron: "Ahora no salís de aquí por ilegales". "Es decir, les devolvieron un poco la pelota", según Benito, que añadió que fueron mal alimentados. Su estancia fue costeada por la Embajada de España. "Como la operación se hizo tan precipitadamente", prosiguió Benito, "no dio tiempo a nada, igual que no dio tiempo a vacunarse y no se consideró oportuno vacunar a los agentes, tampoco se creyó oportuno, puesto que viajaban en un avión militar, que llevaran pasaporte. Claro, al llegar al país tuvieron problemas, ya que no era llegar, dejar a los negros y, sin bajar del avión, volverse ( ... )". Al cabo de cuatro días la policía comunicó a los diplomáticos españoles desplazados a Douala que los inmigrantes cameruneses eran 22, mientras que otros 10 tenían diferentes nacionalidades. A cada integrante del primer grupo le dieron el equivalente de entre mil y dos mil pesetas en francos CFA (moneda, que circula en buena parte del Africa subsahariana francófona) para que regresasen a sus casas en autobús. Algunos alegaron que eran de pueblos muy alejados de Douala para recibir la mayor cantidad de dinero posible.En cuanto a los otros 10, los interlocutores españoles de la policía camerunesa se comprometieron además a sufragar los billetes de avión de Douala a sus países de origen. Cuándo ya ha pasado un mes, ni Interior ni Exteriores han hecho ningún desembolso porque, probablemente, no se emitió ningún billete.

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¿Qué ha pasado con esta decena de expulsados? "No creo que estén aún retenidos", estima un diplomático que ha trabajo de forma coordinada con Interior. "Lo más probable es que se hayan escapado o les hayan dejado escaparse para no tener que tramitar su salida". Y añade:

"Sospecho que estarán diseminados por Camerún, pero eso nunca lo sabremos". [El Ministerio del Interior difundió ayer una nota de la Comisaría provincial de Málaga en la que se asegura que todos los afiliados al SUP que participaron en la expulsión se han dado de baja en el sindicato a causa de su política partidista. En el mismo sentido, el portavoz de la Asociación Nacional de- Policía Unificada, Florentino Díez, declaró ayer a Europa Press que la actitud del SUP es "indignante".

Benito reconoció que se han dado de baja tres agentes pero, al mismo tiempo, treinta se han afiliado. El secretario general del SUP, Manuel Sánchez Fornet, sostuvo que es "razonable" administrar sedantes a los deportados que estén nerviosos, pero que debe hacerse bajo control médico, lo que no sucedió durante esa operación.]

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