_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Negrura

Descartes fue asesinado por un monje agustino (pienso, luego alucino).Nieves Herrero amenaza con cantar a dúo con Jesulín de Ubrique (que Dios nos pille confesados). La Virgen se aparece en Leganés, donde el monstruo, y en un árbol de El Escorial (los dioses están despistados, y Pitita es inefable). El grupo europeo Women's Lobby, cual inquisitorial panda de la braga, impide poner tapones de Perrier en los pezonzuelos de las señoritas (si las dejan, acaban con el sentido del humor y la sensualidad; algunas mujeres no saben de bromas ni entienden de brumas).Los gorriones revolotean asustados por la Gran Vía (en el argot parisino, gorrión se dice piaf, como Edith). Madrid prepara oposiciones al muermo (no pida usted peras a un manzano). Lo latino se impone en la música popular (pero los poderes fácticos multiplican las hamburgueserías y pretenden acabar con la siesta, la noche y el despendole). Madrid tiene muchas más papeleras que París (pero hay muchísimos más papeles por los suelos).

Rappel y sus secuaces, sin cortarse un pelo, dogmatizan con fluidez e ignorancia sobre el porvenir (pero el porvenir seguirá siendo un futuro pluscuamperfecto de subjuntivo de un verbo bastante irregular, aunque no demasiado, es decir, un ciprés y algunos crisantemos). Si te. requiebra la melancolía, no se te ocurra acercarte al Paseo de los Melancólicos (nada que ver con esa vaga tristeza). En Madrid, el que no corre vuela; todo te invita a ir siempre deprísa (pero nadie te espera, tienes que hacer nada y estás ansioso por llegar cuanto antes a ninguna parte).

Cada vez más gente se parapeta en Madrid tras unas gafas de sol oscuras como la pena e inquietantes como el destino. Las gafas negras son el reducto que te queda para reunirte contigo mismo. No se te ocurra ir al trabajo con ellas; todos sospecharán que vas borracho. No se te ocurra llevarlas por la noche, porque todos presumirán que eres un voyeur o un espía. No se te ocurra reírte con ellas, porque todos pensarán que te estás mofando de la humanidad. A pesar de todo, llévalas siempre contigo, como el preservativo, las llaves o la pirulina. Por si acaso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_