_
_
_
_

"¡Pues sí, que está rico el jamón!"

Un funcionario de Agricultura controló el consumo de embutidos en la recepción ofrecida por el COE

Àngels Piñol

"Te gusta ¿no?" ¡Oh, it's very good, very good". El inspector no cesaba de probar tacos de jamón, de chorizo ibérico y de jamón de bellota que Francisco Martínez, el cocinero de Valladolid contratado por el Comité Olímpico Español (COE), cortaba en la cocina. El funcionario se excedió en su cometido ya que en principio no debía probar ni por asomo el embutido ibérico, que se sirvió en la recepción que el Comité Olímpico Español (COE) ofreció a la delegación española en el World Trader Center de Atlanta. Su misión era estrictamente controlar quién cortaba el jamón, cómo se servía y trasladar las sobras para quemarlas en una incineradora. Será difícil qué vuelva a comerse jamón con tantas prisas.El COE ha llamado esta semana a un número de puertas casi infinitas para conseguir que siete jamones de jabugo, 24 chorizos de bellota y otros tantos ibéricos, valorados en unas 274.000 pesetas, pudieran pasar la aduana de Georgia.

El embutido viajó con la correspondiente guía sanitaria, pero esta quedó en papel mojado cuando aterrizó en Estados Unidos. De nada sirvió que Cercle International, la agencia oficial de transportes de los Juegos, autorizara la importación. El cocinero estaba desolado. No sólo el jamón estaba retenido. Las anchoas y otros productos tampoco llegaban.

Pensó en hacer más tortillas hasta que conoció a Antonio, un colega de Monzón afincado desde hace 19 años en Atlanta -regenta uno de los restaurantes más lujosos de esta ciudad aunque esté ubicado en un sótano- que le facilitó algunos contactos para conseguir el mejor pescado. Nadie contaba con que el jamón entrara. Al final se alcanzó un pacto in extremis: un funcionario de Agricultura se mezclaría entre los invitados -entre ellos la Reina y el príncipe Felipe- para ver cómo se comía el embutido. El cocinero sufrió lo suyo. El jamón llegó solo dos horas antes de la recepción al World Trader Center. Algún miembro de la cadena Husa, presente en los Juegos de Atlanta, se llegó a cortar los dedos por cortarlo con tantas prisas. "No estoy incómodo. Este es mi trabajo. Pero la verdad es que está muy bueno", reconoció el funcionario de Agricultura, que cobró casi 60.000 pesetas, pagadas por el COE, por las cuatro horas en que estuvo en la recepción.

Al final de la recepción sobraron un jamón, ocho chorizos de bellota y tres lomos que fueron incinerados ante la desolación de muchos que hubieran preferido guardar las provisiones en algún rincón de la Villa Olímpica. Y es que la delegación española está ya harta de tanta comida a la americana.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_