Alcalde de Atlanta: "El terror no secuestrará los Juegos"
ENVIADO ESPECIAL La repercusión de la catástrofe aérea de Nueva York se dejó sentir inmediatamente en Atlanta, donde hoy comienzan los Juegos Olímpicos. La posibilidad de que no fuera un simple accidente extendió la preocupación sobre las medidas de seguridad previstas para impedir un atentado. El alcalde, Bill Campbell, reconoció el gran impacto de la noticia en la ciudad, donde la posibilidad de una acción sangrienta figura entre las principales preocupaciones del comité de organización de los Juegos. Campbell se apresuró a declarar: "No permitiremos que los Juegos sean secuestrados por los terroristas".
El Comité Organizador guardó silencio durante toda la mañana. "No hay ningún comentario que hacer", manifestó un portavoz del comité. Sin embargo, algo parecido a una psicosis se extendió por la capital olímpica. Las autoridades del aeropuerto de Hartfield, que vive días frenéticos, manifestaron que se reforzarían inmediatamente las medidas de seguridad, a pesar de que los controles son muy severos en las últimas semanas.
Cualquiera que sea la causa del accidente de Nueva York, es suficiente para recordar que los Juegos pueden convertirse en un objetivo goloso para el terrorismo. Hace 24 años, en los Juegos de Múnich, 11 personas de la delegación israelí murieron en una acción de la organización palestina Septiembre Negro. Desde entonces, la seguridad se ha convertido en una obsesión en cada cita olímpica. El reciente atentado contra un acuartelamiento del Ejército estadounidense en Dahrán (Arabía Saudi), en el que murieron 19 soldados, la detención de Unabomber -el hombre que sembró el terror durante varios años con paquetes bomba- y el recuerdo de la matanza de Oklahorna City, donde el pasado año murieron decenas de personas, son una fuente de temor constante para el comité organizador y la policía.
El 61% de los norteamericanos concedía que su mayor preocupación en los Juegos es el terrorismo, según una reciente encuesta nacional. Curiosamente los habitantes de Atlanta se expresaban en otra dirección. Para ellos la mayor fuente de problemas son los masivos atascos que se producen en la ciudad. En cualquier caso, las medidas de seguridad son apreciables. Cerca de 25.000 personas se ocupan de estas cuestiones. El director de seguridad, Bill Rathburn, ha prometido "unos Juegos muy seguros".
En cada uno de los lugares de competición habrá un fuerte dispositivo de seguridad, detectores de metales e incluso aparatos biométricos que servirán para registrar una especie de mapa topográfico de las manos de cada persona que acuda a los estadios.
Tanto refinamiento no impide, sin embargo, que el jueves se pudiera acceder libremente por la puerta trasera, abierta a un centro comercial, al hotel Marriott Marquis, sede de los dirigentes del Comité Olímpico Internacional y lugar de residencia de la reina Sofía y del príncipe Felipe durante los Juegos.
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