El detective ciego
Interesado por el género policiaco, Rafael Alcázar parte de una novela del especialista Manuel Vázquez Montalbán en El laberinto griego (1992), su segunda película, para describir la peculiar personalidad de un detective privado especialmente preocupado por sus hijos en un caso que se desarrolla en el ambiente creado por los Juegos Olímpicos de Barcelona.En Corsarios del chip, su último trabajo, también desarrolla una intriga policiaca, pero pretende ir mucho más lejos.
No tanto porque la historia sea más compleja como porque mezcla en ella más elementos y, sobre todo, más géneros. De manera que Corsarios del chip es un tradicional policiaco, pero también una película infantil que comienza en ambientes de televisión, se desarrolla en torno al complejo mundo de los ordenadores y se centra en los complicados intríngulis de la Bolsa, y donde además no faltan un par de historias sentimentales: una gratuita y la otra enraizada en la historia.
Corsarios del chip
Director: Rafael Alcázar. Guionistas: Antomo Ojeda, Rafael Alcázar.Fotografía: Ángel Luis Fernández. Música: Bernardo Bonezzi. España, 1996. Intérpretes: Fernando Guillén Cuervo, Karra Elejalde, Cayetana Guillén Cuervo, Lola Baldrich, Fernando Guillén, Angel de Andrés López, Francisco Loranzo, Jorge Monge, Eva María Serrano, Iñaki Vallejo, Ramón Barea. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Amaya, Novedades, Aluche, La Vaguada, Canciller.
En esta ocasión, Rafael Álcázar no sólo es el coguionista y el director, sino también el productor y el montador, en un lógico afán por tener un completo control sobre su trabajo. Sin embargo, y como suele ser habitual en éstas producciones que tratan de abarcar el más amplio terreno posible, su principal defecto es un guión donde hay demasiadas cosas pero ninguna llega a tener un auténtico peso específico.
La familia Guillén
Lo mejor de Corsarios del chip es el personaje del protagonista, un detective ciego que, gracias a su perro, su pareja de colaboradores y su habilidad en las artes marciales, se defiende en su trabajo como el mejor de los profesionales.Además le permite hacer a Fernando Guillén Cuervo un buen trabajo, bien acompañado por su hermana Cayetana Guillén Cuervo y el padre de ambos, Fernando Guillén, además del siempre un poco excesivo Karra Elejalde y la atractiva Lola Baldrich.
Y lo peor, una intriga tan elemental como complicada donde un grupo de muchachos, expertos en el manejo de ordenadores, consigue atrapar a un especulador bursátil que ha creado un sofisticado invento para conseguir información adelantándose a sus competidores. Rafael Alcázar- logra explicarla, con corrección, pero el resultado parece más cercano a una copia de una película norteamericana que a una realmente autóctona.
