El país de la guitarra

Palabra de guitarra es un deseo cumplido. Joan Bibiloni lo pensó y consiguió reunir en el escenario a 15 de los mejores, y también más ortodoxos guitarristas de la actualidad musical. Son veteranos, viejos amigos de las seis cuerdas, aunque quizá, para el gran público, algunos de estos nombres se desvanezcan; sin embargo, su currículo de trabajos, en solitario o como colaboradores tanto en estudio como en directo con otras bandas, hace posible el toque de calidad del que sólo son capaces los maestros de la música.El patio del Conde Duque se prestó como lugar íntimo para un recital limpio y cristalino en el que tan sólo las guitarras fueron instrumento; no hubo otros, a excepción de unas híbridas percusiones que Tony Carmona, el hermano de Raimundo Amador, se marcó en varios temas sobre una funda rígida de guitarra. El público, programa en mano, pudo seguir una velada en la que se rindió merecido homenaje al blues, pero en la que tampoco faltaron reintierpretaciones de temas como Lady Jane, de los Rolling Stones, ejecutado por Marc Grau; Bicycle, race, de Queen, por Osvi Greco; Message in a bottle, de Police, que sonó a coro de guitarras en la actuación de Manolo Díaz, o Long train running, canción a la que Pedro Andrea, junto a Manolo Díaz y Joan Bibiloni, consiguió dar una vuelta de tuerca más.

Quizá "uno para todos y todos para uno" sea el mejor lema que defina la compenetración y la sensación que consiguieron transmitir a un público que tras cada actuación se ponía en pie.