La paz por la paz

( ... )La visita a Washington del primer ministro israelí se ha convertido en un diálogo de sordos. Netanyahu ha dicho que no se puede cuestionar la palabra de Israel y que mantendrá el proceso de paz con los palestinos. Pero se ha negado a concretar cualquier compromiso. ( ... ) Esta libertad de maniobra se explica por la impotencia de Washington. Por ahora, Clinton no puede presionar a Netanyahu. El presidente apoyó tanto la campaña de Peres que ahora tiene que restablecer el equilibrio. ( ... ) Los dos países se encuentran separados por una divergencia fundamental. Para la Casa Blanca, las negociaciones con el mundo árabe sólo llegarán a buen término si los israelíes sigen con la teoría de intercambiar paz por territorios. Elegido por prometer que su prioridad sería la seguridad, Netanyahu defiende otra idea: la paz por la paz. En vez de buscar un arreglo total quiere volver a la diplomacia tradicional: el equilibrio de fuerzas. Según los adeptos de esta verdadera revolución cultural, el Estado judío ya no tendría que comprar la buena voluntad de los árabes. Sus vecinos ya no constituyen un bloque unánimemente hostil. Fuerte por su buena salud económica y el aporte demográfico de los judíos rusos, el país hasta podría liberarse de la tutela americana. ( ... ) Si después de ganar tres guerras, Israel se resignó a emprender negociaciones fue por un motivo evidente: la paz crea la seguridad y no a la inversa.