Un mundo parecido a la Tierra en Júpiter
La nave 'Galileo' descubre rasgos de planeta en la luna Ganimedes
Lo que parecía una aburrida luna de Júpiter se ha revelado como un mundo con inesperadas características parecidas a las de la Tierra, incluido un campo magnético, tormentas de nieve, grandes fallas geológicas y, tal vez, un vasto océano de agua salada bajo la superficie.Estos descubrimientos llegan en unas excelentes imágenes y otros datos enviados por la nave espacial no tripulada Galileo, de la NASA, que está investigando el entorno joviano y que sobrevoló Ganimedes el pasado 27 de junio, acercándose hasta 830 kilómetros.
La información está llegando poco a poco y los primeros datos fueron presentados el pasado miércoles en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en California. "Estas imágenes exceden nuestras expectativas más salvajes", ha declarado Michael Belton; líder del equipo de imagen de la Galileo.
La hipótesis de la existencia de un mar salado a varios kilómetros bajo la superficie sería, una explicación del totalmente inesperado campo magnético que los instrumentos de la Galileo han medido en Ganimedes, la luna más grande del sistema solar. Con sus 5.230 kilómetros de diámetro, este cuerpo en órbita de Júpiter es mayor que Mercurio, y aproximadamente dos tercios del tamaño de Marte.
Desde que fue descubierta en 1610 por Galileo Galilei hasta que la ya legendaria nave Voyager pasó cerca de ella en 1979 y envió las primeras imágenes tomadas de cerca, Ganimedes era poco más que un punto dé luz en el sistema joviano. Ahora los detalles que se aprecian en las fotos de la Galileo han dejado boquiabiertos a los investigadores.
La nave, con 10 instrumentos científicos a bordo, ha encontrado también indicios de posibles volcanes helados en Ganimedes, que podrían entrar en erupción "y explotar produciendo tormentas de nieve", según explicó James Head, geólogo del equipo Galileo.
Los signos de un posible océano meten a Ganimedes en la corta lista de planetas y lunas del sistema solar que podrían albergar organismos vivos. Head comenta que "podría haber vida bajo la superficie" helada de Ganimedes, y que ahora la exploración debería ser una prioridad.
Las imágenes que tomó la nave Voyager mostraban profundos surcos y grietas en la superficie de Ganimedes, pero las nuevas fotos, con mucho más detalle, indican que esos rasgos geológicos, son el resultado de tensiones en la corteza, de procesos similares a la actividad tectónica que produce terremotos en la Tierra.
"Es muy parecido al sur de California", afirma Head. Como la Tierra está muy erosionada por el viento y el agua, dice este experto, sería muy interesante explorar mundos como Ganimedes, donde el registro de la actividad geológica remota está mucho mejor preservado, para conocer mejor los procesos geológicos básicos de nuestro planeta.
Torrence Johnson, científico jefe del proyecto Galileo, ha destacado como la mayor sorpresa el descubrimiento de un campo magnético en Ganimedes. Los científicos creen que en la Tierra es el núcleo de hierro fundido muy caliente lo que produce el campo magnético y bien podría suceder lo mismo en esta luna joviana. Pero Margaret Kivelson, de la Universidad de California en Los Ángeles, comenta que el paso de corrientes eléctricas por un océano bajo la superficie también podría generar ese campo.
Los registros de la nave indican, además, que Ganimedes tiene una delgada ionosfera, "lo que sugiere que probablemente también tiene una tenue atmósfera", ha explicado Donald A. Gurnett, de la Universidad de Iowa. Con estos nuevos datos, los científicos creen que Ganimedes es la primera luna del sistema solar, que se sepa, con una magnetosfera propia. "Sabíamos que era un sitio interesante, pero lo que hemos encontrado lo hace mucho más excitante aún", dice Johnson.
La Galileo, que salió de la Tierra en 1989 y que entró en órbita de Júpiter en diciembre del año pasado, tras enviar una sonda suicida que penetró en las densas nubes del planeta gigante, tiene averiada la antena principal. Por ello, el envío de datos es desesperantemente lento.
La nave pasará de nuevo por Ganimedes el próximo mes de septiembre y luego dos veces más en los 18 meses de misión que le quedan. Sobrevolará otras tres lunas del sistema joviano. "No hemos visto ni el uno por ciento de lo que Galileo nos va a enviar", dice William O'Neill, director del proyecto.
Copyright The Boston Globe
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