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Piqué cifra las subvenciones a empresas públicas en 8,5 billones entre 1989 y 1995

El ministro de Industria, Josep Piqué, defendió ayer el Programa de Modernización del Sector Público Empresarial por varios motivos: coste, eficiencia y modernización. Por coste, porque no se puede seguir el ritmo de subvenciones a empresas públicas que costó al erario público 8,5 billones de pesetas entre 1989 y 1995. Por eficiencia, porque el sector público "tiene un cierto tinte funcionarial", y por modernización, porque es el camino seguido en todo el mundo para mejorar la competitividad. Piqué aseguró que las privatizaciones no irán ligadas a la reducción de empleo, y se mostró "totalmente abierto" a negociar con sindicatos, agentes sociales y comunidades autónomas.

Piqué anunció que ya ha fijado una reunión la próxima semana con los representantes sindicales del metal en CC OO y UGT y con las diferentes comunidades autónomas. En opinión del ministro, "el éxito del plan de privatizaciones vendrá dado por el máximo consenso en cada caso pero siempre desde la óptica de que es necesario modernizar el sector público". El pasado miércoles, 10.000 delegados sindicales de empresas públicas reclamaron en Madrid al Gobierno que negociara con las centrales el proceso de privatizaciones y le dieron su primer aviso de que se opondrían a un proceso impuesto y con costes laborales.Durante una comparecencia voluntaria en la Comisión de Industria del Congreso, el ministro de Industria añadió ayer que el sector empresarial público español "debe racionalizarse de forma urgente" porque, añadió, es el "resultado acumulativo de varias etapas históricas en las que ha primado el proteccionismo, lo que le ha convertido en un sector heterogéneo, irracional y poco eficiente para el nuevo. marco competitivo". Piqué reiteró que las primeras privatizaciones serán las de Gas Natural, Enagás, Auxini, Musini, Almagrera, Aldeasa y Tabacalera.

El ministro insistió en que el Gobierno no se está haciendo otra cosa que lo que ya hizo el Partido Socialista aunque el PP "lo hará mejorando las formas". Tras señalar que el PSOE ha privatizado desde 1985 a 1995 empresas por un valor de 1,9 billones de pesetas y que los motivos eran similares pidió a este grupo "que no haga ejercicios de cinismo ni de desfachatez".

Según el titular de Industria, el actual Gobierno abordará un plan de privatizaciones con rigor y ajustará el ritmo de ventas a las necesidades del mercado. Aseguró que la simplificación y la transparencia serán los puntos centrales del programa. Como ejemplo de simplificación aludió a la reciente disolución de Téneo, un proceso que según Piqué permitirá ahorrar en este año unos 1.000 millones de pesetas en gastos. "El Gobierno vigilará de cerca el proceso. Estamos trabajando al mismo ritmo en los cuatro grupos de empresas definidos, cuya clasificación no se ha hecho desde la óptica de cuáles son las más fáciles y las menos fáciles de vender, como han querido explicar algunos de forma ligera".

Lastre para competir

El ministro aseguró también que en el mercado actual la titularidad pública es un lastre para competir y que con las privatizaciones se asegura el futuro de estas sociedades. "No es defendible que en 1996 las administraciones públicas tengan que pagar sólo en intereses de deuda 4,3 billones de pesetas, justo el doble de lo que el Estado dedica a las inversiones públicas".Piqué quiso también precisar, tras las últimas protestas sindicales, que privatizar no supone necesariamente reducir el empleo. "Los posibles ajustes que pueda haber no tienen que ver con la titularidad de esas empresas, sino que vendrá dado por la competitividad. Por tanto, no es honesto ligar privatizaciones a pérdidas de empleo". Como ejemplo, el ministro dijo que en el sector naval, entre los años 1981 y 1994, se ha perdido un 58% del empleo total, en minería el 49% y en defensa el 41%. Hasta ahora, deféndió Piqué, las privatizaciones que se han hecho no se han ligado a pérdidas de empleo y "eso debe continuar".

Tras apelar al ahorro privado para que participe en las privatizaciones negó que sean los bancos los que vayan a beneficiarse del proceso y anunció condiciones especiales para que participen en el proceso los trabajadores de las empresas públicas. "Intentaremos que no haya tramos dedicados a los bancos y no fomentaremos los núcleos duros". También añadió que el Estado se reservará algún mecanismo de manera excepcional para que no desaparezcan los servicios públicos esenciales que debe abordar e Estado.

Juan Pedro Hernández Moltó, portavoz del grupo parlamentario socialista en la comisión de Industria del Congreso, expresó su decepción por la falta de información del ministro y le acusó de actuar a espaldas del Parlamento. "El ministro ha venido al Parlamento tarde, mal y por obligación y además tengo la sensación de que la CEOE tiene mejor y más información que los sindicatos sobre el proceso de las privatizaciones". Hernández Moltó mostró dudas jurídicas sobre la decisión de eliminar Téneo.

Los grupos nacionalistas PNV y CiU se mostraron comprensivos con el programa de privatizaciones del Ejecutivo, mientras que Izquierda Unida dijo que este proceso no era la solución para combatir el déficit público en España.

Valor de Repsol

En una intervención posterior, Piqué recordó que el Gobierno socialista había privatizado el 90% de Repsol "por necesidades imperiosas de caja". Cuantificó en 130.000 millones de pesetas el valor del 10% de la compañía petrolífera que aún está en manos del Estado y se preguntó cuánto tiempo había que esperar para que las arcas públicas obtuvieran esa cifra vía dividendos. El ministro amenazó al portavoz socialista con entrar al trapo de la crítica aludiendo a los casos de Rumasa, Intelhorce y Sidenor.

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