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La OUA apoya el envío de tropas para mediar en la guerra civil de Burundi

La 32ª cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) , que cerro ayer sus puertas en Yaundé, la capital de Camerún, prestó un respaldo unánime a la decisión de enviar tropas africanas de interposición a Burundi para intentar, detener las matanzas que en los últimos tres años se han cobrado 150.000 vidas. La cumbre, a la que asistieron buena parte de los líderes del continente africano, dio todo su apoyo político al acuerdo logrado el 25 de junio pasado en la ciudad tanzana de Arusha para enviar tropas de Tanzania, Uganda y Etiopía, entre otros países, para intentar poner término a la guerra civil que enfrenta a la minoría tutsi (el 15% de la población, pero que controla el Ejército) y a la mayoría hutu.Prueba de la división radical que desgarra Burundi se vivió al término de la cumbre camerunesa. El presidente burundés, Sylvestre Ntibantunganya, hutu, y su primer ministro, Antoine Nduwayo, tutsi, que si bien aceptaron en un principio la intervención extranjera en su país, llegaron cada uno por su lado a la cumbre y celebraron dos ruedas de prensa separadas. Mientras que Ntibantunganya celebró la intervención exterior, Nduwayo hizo hincapié en limitar el papel de las tropas africanas y prestó en cierta medida altavoz a un partido de la oposición tutsi que se niega en redondo a la llegada de soldados extranjeros, a los que califica de "fuerza de invasión" y a los que promete combatir.

La cumbre mostró su preocupación por la guerra civil en Liberia y pidió el refuerzo de la fuerza de paz interafricana, al tiempo que mostró de forma casi masiva su respaldo a la reelección del egipcio Butros Butros Gali como secretario general de la, ONU. La única voz discrepante fue la de Ruanda, que no sólo advirtió del error político que suponía alinearse frente a EE UU (que ha vetado a Butros Gali para un nuevo mandato), sino que acusó directamente al secretario general de la ONU de haber traicionado a África. Según el presidente de Ruanda, Pasteur Bizimungu, el principal responsable del genocidio ruandés de 1994, en el que murieron casi un millón de personas, fue la ONU.

El líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, por su parte, negó ayer al cierre de la cumbre que el movimiento que encabeza vaya a reanudar pronto "Ias hostilidades" contra Marruecos, y dio un plazo, de seis meses a la ONU para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Tras un informe desfavorable de Butros Gali, la ONU suspendió el proceso para la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación del antiguo Sáhara español. En la cumbre no se sustanció el posible reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) por parte de Suráfrica, lo que hubiera supuesto un valioso tanto político frente a Marruecos, que abandonó la OUA tras ser admitida la RASD en la organización africana.

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