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Cuba exige a EE UU que juzgue o deporte al militar que secuestró un avión

La bomba migratoria cubana, que todos los veranos se recarga en el estrecho de Florida al calor de la guerra fría entre Cuba y EE UU, amenaza con estallar otra vez. La espoleta en esta ocasión es el teniente coronel cubano José Fernández Pupo, quien el domingo secuestró un avión y lo desvió a punta de pistola a la base naval de Guantánamo. Si no es deportado, o juzgado en EE UU, como pide La Habana, Washington estaría incumpliendo los acuerdos migratorios que pusieron fin a la crisis de los balseros.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ya ha advertido de forma clara y tajante que si Estados Unidos no toma acciones prácticas y ejemplares contra el secuestrador, estaría violando "el espíritu de los acuerdos migratorios" y alentando la emigración ilegal.Dichos acuerdos, suscritos en septiembre de 1994 y mayo de 1995, establecen que "los dos Gobiernos tomarán medidas efectivas, en todo lo que esté a su alcance, para oponerse e impedir el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar o que llegue a Estados Unidos desde Cuba mediante el desvío forzoso de aeronaves o embarcaciones". También, que "los emigrantes que entren ilegalmente en la base naval de Guantánamo serán devueltos a Cuba".

José Fernández Pupo ha pedido asilo político en Estados Unidos. Y al hacerlo ha puesto a Clinton ante una difícil disyuntiva. Si, en medio de la campaña electoral, deporta a Cuba al teniente coronel, se echa encima a los sectores más conservadores del exilio, que ya han comenzado a presionar a Estados Unidos para que acoja al secuestrador. Si no lo hace, y tampoco lo lleva ante los tribunales norteamericanos, Clinton violaría los acuerdos migratorios y estaría jugando peligrosamente con la espoleta de la siempre caliente bomba migratoria cubana.

La advertencia de La Habana es similar a la que formuló Fidel Castro, en agosto de 1994, después de los secuestros de varias embarcaciones en La Habana. En aquella ocasión no existían los acuerdos migratorios y EE UU acogió a los secuestradores, y esto provocó que finalmente Cuba abriese sus costas durante un mes, tiempo suficiente para que se lanzasen a la mar 35 000 balseros

435.000 emigrantes

Hoy hay acuerdos migratorios y gracias a ellos todos los balseros que son recogidos en altamar son deportados a Cuba, lo que hasta hoy detuvo el flujo de la emigración ilegal. Sin embargo, este año en Cuba 435.000 cubanos se inscribieron en el sorteo de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en La Habana para emigrar a Estados Unidos. Muchas de estas personas estarían dispuestas a lanzarse al mar si tuviesen la seguridad de que Cuba no los aceptaría de vuelta. Las autoridades cubanas han expresado que los rumores sobre un nuevo éxodo masivo de balseros hacia Estados Unidos sólo benefician a los grupos anticastristas de Miami, y por ello piensan que estos son alentados por el exilio más conservador.De momento, EE UU valora diferentes respuestas al caso del teniente coronel Fernández Pupo a partir del tratamiento del incidente como un caso de piratería aérea. El portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, recordó ayer que el caso está en manos del Departamento de Justicia, pero subrayó que EE UU no tiene ninguna duda en la condena de lo ocurrido: "Arriesgó las vidas de 3 miembros de la tripulación y de 14 pasajeros". Burns valoró también la dimensión política del incidente, pero señaló que el militar ''dio un paso peligroso e ilegal al secuestrar el avión y poner en peligro vidas de civiles inocentes, y eso es algo muy serio. No podemos desviarnos del hecho de que es un caso de piratería aérea".

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La Administración norteamericana ha asumido el asunto con voluntad, de despolitizarlo, en la medida de lo posible. Una posible salida es que Fernández Pupo sea juzgado en EE UU por piratería aérea, tal como estipulan los convenios de Naciones Unidas sobre el asunto. La ventaja de juzgar al teniente coronel por ese delito es que el juicio puede celebrarse dentro de varios meses, pasadas las elecciones, y en cualquier lugar de EE UU.

El incidente del avión secuestrado llega en un momento caliente. Para el próximo sábado se ha organizado en Florida una flotilla de protesta contra el régimen de La Habana y mañana se celebra una sesión informativa en el Congreso, sobre el cumplimiento por parte de la Administración de la ley Helms-Burton.

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