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Sara Netanyahu actúa como una dama y provoca la curiosidad de los israelíes

Benjamín Netanyahu, el nuevo primer ministro israelí, gusta de gobernar al estilo norteamericano, o al menos lo intenta. Y hasta su mujer, Sara, desempeña el papel de primera dama de la nación, como si fuera la esposa de un presidente norteamericano. Sus idas y venidas y sus peripecias -desde el despido de dos empleadas de hogar a determinados pormenores de la visita de los Netanyahu a Estados Unidos a partir de mañana- atraen tanto el interés de los israelíes como el hecho de si Ariel Sharon va a entrar o no en el Gobierno. Según la radio israelí los obstáculos habían sido removidos ayer para que Sharon, uno de los grandes barones de la derecha dura de Israel, entrara en el Gabinete.El Gobierno tenía sobre el tapete la creación del prometido superministerio de infraestruturas para Sharon. Varios otros ministerios deberían ceder competencias en energía, administración de tierras, aguas, carreteras y ferrocarriles y desarrollo rural, entre otras, para hacer un hueco al hombre a cuya presencia en el Gobierno ha supeditado su continuidad el ministro de Asuntos Exteriores, David Levy.

La radio oficial israelí anunció ayer que el Gobierno había aprobado la creación de ese puesto para Sharon. "El problema ha sido solucionado. Un ministerio rico en prerrogativas y en poder de decisión ha sido establecido para el ministro Ariel Sahron, que seguramente tomará posesión [hoy] en el Gobierno", señaló la emisora.

Pero tanto como el futuro de Sharon atrae a los israelíes la personalidad de Sara Netanyahu. Los fotógrafos y cámaras de televisión la sorprenden constantemente junto a su marido. Dan la impresión de constituir la pareja ideal. Diríase que el primer ministro intenta borrar la mala impresión que causaron sus aventuras extraconyugales.

Curiosidad popular

Pero el querer que a uno le ame el gran público tiene su precio: la insaciable curiosidad popular. Y Sara tropieza una y otra vez. El despido de la niñera, la surafricana Tania Shaw, ha hecho correr ríos de tinta. Para hacer callar las críticas, Sara Netanyahu decidió por primera vez conceder entrevistas. La primera dama explicó con altanería que si despidió a la niñera fue por recomendación de los servicios de inteligencia. Es decir, por razones de seguridad. Pero los servicios de inteligencia han desmentido haber recomendado el despido.Cabe preguntarse si Sara tiene una fértil imaginación o es que su marido la induce a error, pero esto es un misterio. Lo que no lo es en absoluto son las exigencias de la primera dama en relación a su estancia en EE UU a partir de mañana. Sara Netanyahu ha pedido que le asignen un peluquero personal y la compra de un sombrero para poder rezar en la sinagoga.

Otro detalle picante. Netanyahu, quería alojarse en Nueva York en un hotel elegido por él. La policía se opuso por razones de seguridad, pero él se empeñó. Para garantizar su seguridad los servicios especiales han exigido la evacuación de todo el hotel y que todas las habitaciones sean alquiladas para Netanyahu, su familia y su séquito.

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