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Sharon acepta ser ministro con amplias atribuciones sobre las infraestructuras

Benjamín Netanyahu, el primer ministro iraelí, ha creado un superministerio de infraestructuras para el ex ministro de Defensa, Ariel Sharon. De esta forma, responde al ultimátum lanzado el miércoles por su ministro de Asuntos Exteriores, David Levy, quien amenazó con dimitir si no se incluía a Sharon en el Gobierno antes del 8 de julio.

Sharon ha aceptado el ministerio, que tendrá atribuciones sobre asuntos de vivienda, un área de responsabilidad por la que el ex ministro ya fue polémico hace años, cuando ocupó la cartera de Vivienda.Tras varias semanas de extraña pasividad, Netanyahu se ha decidido a hacer todo lo necesiario para que Sharon tenga una importante cartera ministerial. Varios de sus ministros cedieron parte de sus competencias para permitir la creación de un nuevo ministerio, bautizado corno "de las infraestucturas", hecho a medida.

Sharon tiene poco que decir sobre el tema, sólo que estaría encantado de encabezar un nuevo ministerio de Infraestructuras para "preparar a Israel para el 2000". El superministerio incluirá partes de Energía, la administración de Tierras, la comisión de las Aguas, las carreteras que circunvalan a ciudades palestina en Gaza y Cisjordania, Recursos Naturales, y la autoridad de Desarrollo Rural. Sólo falta la aprobación del, Gabinete, hoy, y la del Parlamento, que votará el lunes. Sin duda este paso preocupará al presidente de Estados. Unidos, Bill Clinton, y entorpecerá el clima para la entrevista que mantendrá con Netanyahu en Washington el próximo martes. La fuerte personalidad de Sharon, que además disfruta de popularidad en el seno del Likud y en los ambientes nacionalistas y religiosos en general, molesta al primer ministro israelí.

Según Radio Israel, Meir Porush, diputado de la Unidad del Judaísmo de la Tora, incliuido en la coalición de Netanyahu, se opone a la transferencia al nuevo ministerio de atribuciones sobre carreteras y vivienda rural, que hasta eran competencias de su partido, que controla el Ministerio de Vivienda.

Por otra parte, un juzgado israelí rechazó ayer la petición hecha por el Partido Laborista del ex primer ministro Simón Peres, de anular las elecciones del 29 de mayo, que perdió ante Netanyahu. Los laboristas sostenían que al menos 40.000 votos eran sospechosos de fraude. Peres perdió por 29.457 sufragios.

Tres jueces del Distrito de Jerusalén decretaron que un control hecho por los laboristas en 57 colegios electorales, en los que hallaron 432 votos sospechosos, carecía de rigor y no probaba un fraude electoral.

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