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YeItsin aparece en la televisión rusa pero no logra disipar las dudas sobre su salud

Pilar Bonet

El líder de Rusia, Borís Yeltsin, con aspecto acartonado y el habla algo torpe, apareció ayer en la televisión durante dos minutos sin lograr su propósito: disipar las aprensiones que existen sobre su salud cuando falta un sólo día para la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia de esta superpotencia nuclear. En los últimos cinco días, los rusos sólo han visto a Yeltsin en breves apariciones televisivas, en todas las cuales ha permanecido sentado y en compañía de allegados. El presidente no ha sido visto de pie y recibiendo a sus interlocutores con gesto de anfitrión, en contra de la práctica habitual.

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El Kremlin abandonó ayer la explicación oficial de los últimos días, según la cual Yeltsin había perdido la voz y por esa razón no podía cumplir con sus citas públicas. "Está resfriado", dijo el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, que se reunió ayer con Yeltsin. La entrevista fue mostrada brevemente por la televisión, pero la imagen hierática que daba el presidente no parecía corresponderse con las palabras que sobre él había pronunciado por la tarde el primer ministro: "Casi me rompe la mano con su fuerte apretón".Yeltsin anuló ayer un acontecimiento tan importante como la firma solemne del fin del conflicto moldavo del Transdniéster, en la que debían participar los presidentes de Ucrania, Leonid Kuchina, y de Moldavia, Mirchae Snegur. Esto indica que su estado de salud es seguramente más precario de lo que el Kremlin pretende hacer creer a los ciudadanos, plan para el que cuenta con la colaboración de las cadenas de televisión, que han trabajado con gran celo en la campaña electoral de Yeltsin.

Entre los observadores políticos en Moscú se ha comenzado a recordar la suerte de Konstantín Chernenko, el líder soviético que falleció en marzo de 1985, quince días después de que la televisión estatal hubiera arreglado un siniestro decorado para mostrarle votando en unas elecciones, aunque para ello hubo que levantar al enfermo de la cama.

El secretario del Consejo de seguridad, Alexandr Lébed, que fue una de las personas que ayer vieron a Yeltsin, dijo que el presidente tiene "un aspecto respetable y ha recuperado la voz". Lébed fue mostrado durante breves segundos por la televisión mientras. estaba sentado con el presidente. Según el general, la entrevista duró 10 minutos y fue una reunión de trabajo rutinario.

El candidato comunista, Guennadi Ziugánov, concentró ayer los ataques a Yeltsin en el tema de la salud, e insistió en que el presidente debe someterse al veredicto (le una comisión médica y que el Gobierno tiene la obligación de publicar, el dictamen médico. Ziugánov emprendió una ofensiva de relaciones públicas e invitó a los representantes del cuerpo diplomático acreditado en Moscú a una recepción en los salones del club de élite que posee VIadímir Semago, un adinerado empresario que es también miembro del Partido Comunista de Rusia.

En su exhortación televisiva, Yeltsin dijo a sus conciudadanos que mañana "no votan simplemente por Yeltsin o por Ziugánov", sino "por sí mismos, por su familia, por el futuro de sus hijos". Dedicó especial atención a los que no tienen intención de votar, y señaló que no votar el día 3 es "una elección en contra de Rusia". También mostró comprensión por los que votaron por los comunistas el pasado 6 de junio, pero con la esperanza de que no reincidan. "Comprendo a esta gente. Muchas de as cosas que suceden en nuestra vida me producen dolor en el aIma. Veo y sé lo difícil que resulta hoy. Pero si el 3 de julio, en lugar de nosotros, vota nuestro agravio y cansancio habrá una desgracia".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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