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Entrevista:

"Transferir el CSIC a las autonomías lo haría desaparecer"

De la cátedra de Microbiología en la Universidad Complutense (Madrid), César Nombela, de 50 años, se ha trasladado como presidente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), nombrado por el Gobierno. Casi 100 centros, 1.300 científicos y unas 10.000 personas vinculadas el CSIC. ¿Va a ser continuista o va a cambiar muchas cosas? "Voy a ser sensible a lo que hay en la institución", dice.Nombela, discípulo de Severo Ochoa y presidente de la sociedad Europea de Sociedades de Microbiología, dirige ya la mayor entidad pública de investigación.

Pregunta: Una de las primeras medidas del Gobierno fue incorporar aI CSIC los organismos públicos de investigación, ahora bajo otros ministerios. ¿Se va a convertir usted en la persona más poderosa de la ciencia en España?

Respuesta: El Gobierno publicó este decreto que responde al deseo de racionalizar ciertos recursos de investigación. Vamos a estudiar los puntos que puedan tener en común los organismos públicos de investigación y el CSIC y las diferencias. Se hará sin precipitación ni agobio y con el máximo diálogo, porque se trata de hacer las cosas con eficacia y no crear problemas.

P. ¿Pero el BOE daba un límite de seis meses?

R. Tengo instrucciones de mis superiores administrativos de empezar a analizar el problema constituyendo una comisión y no tengo agobios de plazos.

P. ¿Piensa en una reestructuración del CSIC?

R. Se ha hablado de reestructuraciones desde que se creó. Yo me propongo seguir fomentando la descentralización, profundizar en las relaciones con la universidad, que me interesa mucho, potenciar los aspectos de mayor calidad y excelencia científicas y tratar de que el CSIC, tenga un papel creciente en la investigación industrial y el desarrollo. Esto no significa acabar con la llamada investigación básica o investigación más a largo plazo, porque para tener aplicaciones de ver dad, tenemos que tener una buena ciencia. Creo que el principal papel papel del CSIC es servir a la ciencia y a la tecnologia en España, para que esté lo más centrada en la resolución de los problemas sociales y con tribuir al desarrollo económico.

P. ¿Descentralizar, a qué nivel? Con el reglamento en la mano usted tiene un poder tremendo. ¿Va a cambiarlo?

R. Efectivamente, el presidente del Consejo tiene un poder importante. No tengo ningún proyecto de cambio de reglemento, pero quiero aplicarlo con la mayor sensibilidad para ejercer mi responsabilidad dialogando. La descentralización tiene también un sentido geográfico, de apoyo a unidades e institutos, para que el CSIC represente el auténtico sistema nervioso de la investigación en España.

P. ¿Contempla las tranferencias del CSIC a las comunidades autónomas? R. Debe seguir siendo estatal, unido, en donde la descentralización fomente la funcionalidad. Con las comunidades autónomas debe haber una colaboración total, que ya existe, pero no hay un proyecto de deshacer el Consejo y transferirlo: creo que significaría su desaparición.

P. ¿Se va a definir un plan estratégico de investigación para el CSIC?

R. Los gestores anteriores del Consejo han fomentado determinadas prioridades, dentro de que es un organismo multidisciplinar que se desenvuelve: en todos los campos, incluso las humanidades. Mi responsabilidad es fomentar, muy en primer lugar, la calidad y la excelencia, científicas.

P. ¿Cabe pensar en implantar la evaluación de los proyectos con las normas de la comunidad científica internacional?

R. El Consejo se financia, en. buena medida, por el esfuerzo de los investigadores que compiten, para obtener recursos, en. los programas nacionales y de la UE. Por lo tanto, sus proyectos se evalúan con los sistemas normales de evaluación anónima por expertos.

P. ¿Que porcentaje de los investigadores del CSIC viven de esos programas competitivos?

R. No tengo este dato. Pero el 40% de los recursos para la ejecución de proyectos se obtienen en convocatorias competitivas.

P. Para no hacer nada hace falta muy poco dinero.

R. A veces, para que alguien sea competitivo, habrá que darle una financiación inicial. También hay investigaciones, de humanidades por ejemplo, que se basan más en trabajo de biblioteca... El juicio es variable. El sistema de evaluación científica que tenemos en España, anónima y por expertos, es esencialmente bueno; habrá que mejorarlo o corregir alguna cosa. Luego, las autoridades del Consejo, cuando lo han creído conveniente, han sometido un centro o un ámbito a una evaluación. Yo no dudaré en utilizar ese mecanismo.

P. ¿Como afrontará el problema de la renovación del personal investigador, del acceso de los jóvenes científicos?

R. Esto es para mí una prioridad total. Es el problema de la emigración forzosa de científicos españoles. El crecimiento de la inversión en investigación en los años 80, que supuso un incremento notable de becas como oportunidad para científicos jóvenes, incrementó las dotaciones científicas. Yo lo he vivido en la Universidad. Hemos formado a mucha gente con una capacidad científica excelente, de una calidad homologable a Europa o EE UU en muchos casos. Pero la perspectiva de que estos jóvenes científicos se incorporen como investigadores estables en España son difíciles. Tengo el apoyo de la Secretaria de Estado de Universidades e Investigación para que, dentro de II + D en España, nos planeteemos lo antes posible un crecimiento real de las plazas. En España aún hay que aumentar la inversión en investigación, que ha menguado un poco, y tener el 2% del PIB como objetivo muy claro. La discusión va a ser difícil en el actual contexto de recortes.

P. Usted, preside una institución donde los científicos son funcionarios.

R. Efectivamente, y los que no lo son aspiran a serlo. No pretendo incidir en cambios que desbordan mi responsabildad. Creo que habría que evolucionar hacia otra situación pero que no tiene estar reñida con la idea del científico permanente. Igual se puede llevar esto al ámbito del profesor universitario. Estamos inmersos en un sistema pura y simplemente funcionarial en que hasta que uno entra no es nadie y luego lo tiene todo hecho. Creo que la producción científica de calidad y de excelencia tiene que articularse de forma que haya un sistema para que el acceso a una posición estable de científico fuera sea gradual, no instantaneo.

P. ¿Cuánto dinero tiene el CSIC?

R. El presupuesto, como en 1995, es más de 30.000 millones de pesetas de aportaciones estatales y otros 20.000 de recursos que logran los investigadores en programas fuera.

P. ¿Es suficiente? ¿Va a pedir más dinero?

R. Desde luego que sí, pero no sé si me lo darán. Hay muchas formas de pedir dinero, y yo puedo pedirlo para la gente, previa demostración de cómo se ha utilizado el dinero anterior y de lo que son capaces de hacer. Me parece una forma muy justificada.

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