_
_
_
_
FERIA DE SEGOVIA

El arte de cuidar al toro

Caminamos, a pasos acelerados, hacia la tauromaquia del siglo XXI. La primera regla de este nuevo arte de torear consiste en cuidar al toro. Todo el toreo actual gira en tomo de esa premisa básica. Y los que mejor saben hacerlo son las figuras de hoy. Los otros, los que matan las corridas llamadas duras, tienen otra misión. En vez de cuidar al toro, tienen que tener cuidado de él, lo que, aunque a primera vista parezca lo mismo, no lo es.En la corrida que ayer cerró el breve ciclo ferial en la plaza de Segovia, quien antes se preocupó de que el toro no saliera castigado ni maltrecho fue el público, que protestó absolutamente todos los puyazos que se dieron, aún los más leves e inofensivos.

Alcurrucén / Manzanares, Joselito, Ponce

Cuatro toros de Alcurrucén (dos rechazados en el reconocimiento), de presencia desigual; 5º boyante y sin fuerzas, 6º manso y manejable. 1º y 2º de Garcigrande, anovillados y escasos de fuerza. José Mari Manzanares: pinchazo -aviso- y media estocada caída; ovación y salida al tercio; pinchazo, media estocada contraria, lo levanta el puntillero -aviso- y descabello; aplausos y saludos. Joselito: media estocada -aviso- y descabello; ovación y salida al tercio; estocada baja (oreja). Enrique Ponce: estocada caída (dos orejas); pinchazo, estocada corta caída, tendida y atravesada -aviso- y se echa el toro; salió en hombros. Plaza de Segovia, 29 de junio. Segunda corrida de feria. Lleno total.

Lo que no es explicable es por qué ese público que no quiere ver la suerte de varas paga, sin rechistar, 7.000 pesetas por un tendido. Si los festejos se celebraran sin picadores, como parecen desear, serían seguramente más baratos. A lo mejor, de manera inconsciente, es lo que está buscando este sufrido y pagano público.

Además, hubo tres toreros que explicaron al público cómo se practica la tauromaquia del cuidado del toro.

Maestro reconocido de esta nueva tauromaquia es el torero alicantino, espejo de su profesión, José Mar¡ Manzanares. Su faena al cuarto toro fue un prodigio de este arte de mimar al enemigo. Colocado siempre de perfil, porque cargar la suerte quebranta a los toros. Dedicado al unipase, en su versión de cuarta parte de muletazo, porque si se dan dos muletazos seguidos, ídem de ídem. Lo dicho: maestro del toreo que ahora se lleva y se llevará.

En el que abrió plaza tuvo que esforzarse un poquito más porque el toro embestía rebrincado. Pero, e n definitiva, lo mismo: unipase con la izquierda, unipase con la derecha.

Joselito también sabe cuidar al toro pero lo hace con cierto empaque y ciertos tufos de torería. Manejó muy bien el capote, con el que siempre ganó terreno. Luego hizo un primorcito de faena -para algo lo había brindado a la actriz Pastora Vega- en la que no terminó de acoplarse. El torete, un pobre inválido, se le quedaba muy cortito.

Paseos y refresco

En el quinto toro, que caminaba cansino e inválido, el torero madrileño repitió la versión del unipase propia de la tauromaquia que viene. Dio también muchos paseos, para que el animalito se fuera refrescando, y después se preparaba con mucho aparato, adelantando la muleta para dar la cuarta pase del unipase. Hubo un intento de cargar la suerte al final de la faena pero le salió embarullado y sin ligar: Ahora, eso sí: los pases de pecho fueron aplaudidos con extraño frenesí.Otro maestro del mimo es Enrique Ponce. Sólo que. es más estético y le funciona muy bien el intelecto, porque sabe perfectamente en qué terrenos se saca más partido de los toros. Toreó a sus dos antagonistas sin embraguetarse nunca, y algunos muletazos resultaron exquisitos.

En su fana al tercero, la ejecución fue perfeccionándose conforme avanzaba el trasteo para terminar con uno de esos finales característicos de su toreo, que, a juzgar por cómo fue acogido, es lo que más gusta de su toreo. Las condiciones del toro que cerró plaza, manso, aunque manejable, le obligaron a realizar una faena breve en la que no pudo echar mano de esos recursos artísticos.

Claro está que todo esto es muy aburrido. La gente salió de la plaza con caras largas y sin hacer comentarios. Al verlo, una señora, que no había asistido, dijo: "Van mu callaos".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_