_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mancha integrista

EL SALVAJE atentado contra una base militar estadounidense en Arabia Saudí pone de manifiesto la fragilidad de toda una zona que, una vez más, parece estar al borde del precipicio. Aunque para una primera lectura de los móviles del acto criminal se requieran los lentes nacionales saudíes, la bomba se inscribe en un movimiento más amplio de desestabilización de toda la zona. Los terroristas, como ocurrió también en noviembre pasado, han ido contra una pieza esencial de la estrategia de Washington en la zona: la presencia militar norte americana tras la guerra del Golfo en 1991. Pero el régimen saudí no ha iniciado proceso de apertura alguno como sugirió cuando las democracias occidentales acudieron en su ayuda para neutralizar la amenaza iraquí tras la invasión de Kuwait. Por contra, persiste en su profundo desprecio hacia los derechos humanos. Arabia Saudí representa un integrismo islámico tradicionalista que durante años ha financiado movimientos islámicos violentos en todo el mundo. Ahora, como un bumerán, las tempestades sembradas en terceros países regresan a Arabia, contra el propio régimen del rey Fahd. Todo ello, en un momento en que se plantea su sustitución en el trono por el príncipe Abdulá, al parecer menos prooccidental. Riad no es ya una pieza segura en el tablero de Oriente Próximo.

Más información
Un grupo integrista amenaza con más atentados si EE UU no abandona Arabia Saudí

Las alianzas pueden estar cambiando, en parte por la dureza del nuevo primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Éste no se ha entrevistado aún con el presidente palestino, Yasir Arafat. La fragilidad de todo el esperanzador proceso en la región aumenta día a día. El régimen iraquí de Sadam Husein ha aceptado en los últimos días las medidas de control de suarmamento de destrucción masiva exigidas por la ONU, en una desesperada búsqueda del levantamiento total de las sanciones económicas. Washington desea mantener aún la presión sobre Husein, pero a la vez teme que Irak se desintegre.

Tras unos meses en que las esperanzas sobre el futuro de la zona habían crecido, los problemas se vuelven a acumular en Oriente Próximo. Al borde del caos es, sin embargo, donde se produce siempre el orden y la creatividad. Ahora bien, para ello es condición necesaria volver a encarrilar el proceso de paz. Y ante este panorama, el único que puede lograrlo es EE UU, pese a los peligros en que incurre, como prueba la bomba de ayer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_