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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pobre, dulce pelota

Quizá la pelota sea tímida, sensual, femenina: un símbolo de la víctima, y golpeada siempre por el feroz bate -machista, fálico, implacable- sin que le quepa la posibilidad de escaparse: un enorme guante la. captura. Quizá se pueda tomar así ese drama que representa la compañía Momix en el mundo (en este caso, el Teatro Albéniz de la Comunidad de Madrid). Puede. tener alguna metafísica: la pelota surge de la mano del hombre original -antropoide, lo que sea- como su primer invento; alcanza su perfección cuando el hombre, pensante y reflexivo, inventa una cumbre de la humanidad como es el béisbol; y el béisbol cumple el dictado universal y decae, y va a morir.El espectáculo, visto así, es un poco tonto. Visto solo como la exaltación de un deporte, lo es también sobre todo en España, donde hemos adoptado todo lo americano, a veces con un placer superior a sus méritos -¡la hamburguesa, el chicle!-, otras sin hacerle toda la justicia debida -su cine, su literatura-, pero donde ni el béisbol ni el idioma han conseguido penetrar.

Baseball

Creado y dirigido por Moses Pendleton. Asistentes: Ja'Hain Clark, Erin Elliott, Steve Gonzales, Renée Jaworski, Lisa Nafegar, Solveig Olsen, Terry Pexton, Cynthia Quinn, Brian Sanders, Brian Simerson. Intérpretes: Dawn Cargiulo, Sandy Chase, Steve Gonzales, Kevin Kimple, Rençe Jaworski, Suzanne Lampl, Solveig Olsen, Brian Simmerson. Diseño de luces: Mitchell S. Levine, Moses Pendleton. Proyecciones. Moses Pendleton. Atrezzo y vestuario, Alan Boeding, Kitty Daly, Jill Satterfield, Brian Sanders.Compañía Momix. Teatro Albeniz.

Momix es un producto americano cien por cien. Su creador, Mosees Pendelton, es un granjero de Vermont -la palabra momix es el nombre de un pienso para ganado- impregnado de cultura musical y coreográfica: europeas, sobre todo. Con Picasso, con Satie, con Mussorsgki. Ha venido otras veces a España, y ha admirado. También esta vez. Si dejamos significados o simbolismos, y nos quedamos con la belleza del cuerpo humano bailando, con la calidad del conjunto, con las luces, los trucos, los artefactos con que hace el misterio, o la magia, sigue siendo uno de los buenos maestros de danzar.

En esta escala de Madrid está teniendo el éxito que es justo.

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