Un documento para responder a las "provocaciones de ETA"

Los partidos políticos vascos no dejaron que la oferta de ETA alterara su plan de trabajo. Después de una corta discusión, los representantes de las organizaciones políticas se metieron de lleno en los 12 folios denominados Reflexiones previas para la reunión de la Mesa de Ajuria Enea, remitidos el viernes por el lehendakari, José Antonio Ardanza. En el documento, Ardanza propone la búsqueda de respuestas globales y sostenidas a las "provocaciones de ETA y su entorno".Se trata, según todos los miembros de la mesa, de acelerar el ritmo de sus trabajos para recuperar el liderazgo social de un foro que se había pasado los anteriores cuatro años resolviendo problemas puntuales.

El documento para el debate centra buena parte de su literatura en la política penitenciaria y se propone establecer unas líneas básicas de actuación, respetando las competencias que cada administración tiene sobre ese asunto. La reinserción debe ser impulsada para favorecer "procesos de reflexión individual", y la dispersión es calificada en el escrito de "¡legal". El texto señala que esa política, "como medida abandonada y aislada a sí misma", puede, incluso, contribuir a obstacuizar el proceso global de pacificacación.

El lehendakari propone pues, un amplio debate para redefinir su uso. Los partidos, que resolvieron parcialmente el problema del final dialogado de la violencia con el comunicado de respuesta a ETA, también tenían previsto profundizar en ese asunto. El objetivo de José Antonio Ardanza era tener clara la estrategia pactada de común acuerdo para que su posible debate público no echara por tierra la unidad del foro.

Finalmente, Ardanza propone impulsar el "desarrollo pleno y leal del Estatuto", convirtiéndolo en motor para conseguir lo que califica como una materia "vital". Además, en el documento se apuntan dos temas para el debate: el estudio de la propuesta de ETA, la denominada "Alternativa democrática" que la banda terrorista hizo pública en el comunicado de abril del pasado año, y la violencia callejera. Un problema que, según la presidencia, requiere de medidas más estructurales.