"Aceptamos la monarquía y la democracia"
Los integristas moderados marroquíes cuentan ya con un partido político: el Movimiento Popular Constitucional y Democrático. El verdadero líder de esta organización es Abdelilá Benkirán, de 42 años, profesor de Ciencias Físicas y hasta ahora máximo responsable de una poderosa organización religiosa, cultural y caritativa, Reforma y Renovación. Esta se fundó en Marruecos hace poco más de 15 años, tiene cerca de 10.000 adherentes y está implantada por todo el país, gracias a las contribuciones de sus seguidores y a la propaganda de su semanario, Arraya (La Bandera), a pesar de no haber sido nunca legalizada.Benkirán es ambicioso y tiene experiencia política, tras su paso por los linderos de dos partidos democráticos: Istiqlal y la Unión Socialista de las Fuerzas Populares. También religiosa, por su militancia en una organización integrista radical, la de Abdelkrim Motti, que propugnó la lucha armada y se atribuyó atentados en Marruecos entre 1971 y 1981. Pero luego fundó su propia organización cultural y piadosa, que ha transformado ahora en partido.
La irrupción de los islamistas moderados en la escena democrática y su participación en futuros comicios es sorprendente y novedoso en la historia política de Marruecos, donde los integristas habían permanecido, al contrario que en Argelia, confinados y al margen de los comicios. La apuesta parece arriesgada y provoca la inquietud de la clase política, pero en un intento de tranquilizarla, Benkirán trata de poner las cosas en su sitio. Para empezar, asegura, de manera firme y tajante: "Nosotros los islamistas aceptamos la monarquía y la democracia".
Pregunta. ¿La operación ha sido difícil?
Respuesta. Ha sido larga. Lo intentamos hace años, con el partido Renovación Nacionalista, pero el Gobierno no nos lo permitió y no nos legalizó. Entonces cambiamos de táctica y establecimos negociaciones con el profesor Abdelkrim Jatib, fundador y responsable del Movimiento Popular Constitucional y Democrático. Mientras intentamos ir a las últimas legislativas, pero no nos dejaron. Ahora, tras cuatro años de conversaciones con el profesor Jatib, hemos ingresado en su organización y participamos en la dirección del partido. Queremos concurrir así a las próximas elecciones.
P. ¿Es como haber entrado en política por la puerta de atrás?
R. Cuando se cierran todas las puertas, pero logramos a pesar de ello entrar en el juego institucional, la puerta de atrás se convierte en la principal.
P. ¿Pero hay en Marruecos espacio para el islamismo político?
R. Los islamistas formamos parte de la realidad. Representamos una parte de la opinión pública. Hablamos en nombre de unos principios del islam y defendemos cómo éstos deben de ser aplicados. El rey es el comendador de los creyentes, representante supremo de todos los marroquíes y responsable de la aplicación del islam pero, en definitiva, es un hombre y no se le puede hacer responsable de todos los patinazos que pasan y se dan en este país. Esta es nuestra misión, recordar y defender los principios del islam, como la de otros partidos es la de defender los derechos sindicales. Además, nosotros como islamistas aceptamos la monarquía y la democracia en Marruecos. Creemos que el país tiene necesidad de la familia real, ya que desempeña un papel de cohesión y árbitro en la sociedad.
P. Algunos dicen que usted y su organización gozan de una protección especial del Ministerio del Interior y del ministro de Estado, Dris Basri.
R. Usted no puede venir y repetir lo que se dice en la calle, lo que dicen nuestros enemigos y Radio Medina (rumores). No estoy ni con el ministro del Interior, ni con el del Exterior, yo sólo estoy con Dios. Hace 15 años que empecé a trabajar. Éramos menos de una docena. Ahora somos 10.000. Si en determinados momentos el poder es más tolerante con nosotros, tanto mejor. Pero le digo una cosa, mis ideas emanan sólo del islam.
P. Recientemente, ustedes han protagonizado una polémica con el Ministerio de Turismo, ¿es que se oponen, como otras fuerzas integristas, al turismo?
R. Sólo criticamos como islamistas la decisión del Gobierno de abrir siete nuevos casinos, lo que es contrario a los principios del islam. Pero eso no tiene nada que ver con el turismo; al contrario, los turistas siempre serán bienvenidos en este país, si vienen a disfrutar del sol, de Marruecos, de la tranquilidad y de la naturaleza.
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