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POP

El mundo en sus manos

Lisa Gerrard y Brendan Perry llevan desde 1980 editando discos. Comenzaron dentro de esquemas pop para inmediatamente diluir sus composiciones en un mosaico de sonidos del mundo. Dead Can Dance se acercó a Madrid para presentar su última entrega, Spiritchaser. Basan su repertorio en la rítmica de unas percusiones ejecutadas por los músicos con una coordinación y profundidad de sonido asombrosas, a las que tan solo añadieron ciertas y escasas florituras eléctricas.Lisa Gerrard, situada frente a un atril a modo de púlpito, en el que colocaba el salterio, instrumento de cuerda que se toca con dos diminutas baquetas, parecía en su misticismo estético la representación de la Virgen María el día de coronación. Brendan Perry, de aspecto más terrenal, acompañó el concierto con su voz profunda, atento al engranaje de unas percusiones que unían oriente con occidente.

Dead Can Dance

Teatro Monumental. Entradas: 3.000 y 3.500. Madrid, 22 de junio.

La música de Dead Can Dance está llena de simbolismos, lo erudita de su propuesta consigue concretar el folk, el bell canto, la música sacra, el pop y las batucadas brasileñas para crear pasajes donde la belleza sea la última consecuencia de su interpretación.

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