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EURO 96

La enemistad de dos presidentes

Aznar y Major siguieron el partido a 70 metros de distancia

José María Aznar se escapó un rato, ayer por la tarde, de los trabajos de la cumbre europea de Florencia para seguir desde un salón del Grand Hotel, con toda su delegación, el partido de fútbol de cuartos de final de la Eurocopa entre España e Inglaterra. En el Hotel Excelsior, un edificio situado enfrente, a tan sólo 70 metros, el primer ministro británico, John Major, hacía otro tanto con sus colaboradores.Major retrasó la salida de su avión oficial a Londres para poder ver el encuentro y el presidente español adelantó su conferencia de prensa, escabulléndose más de media hora de la reunión con los demás jefes de Estado y de Gobierno de la UE, para colocarse a tiempo ante la pequeña pantalla. Concluyó su encuentro con los periodistas deseando "buena suerte" a la selección.

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Bromas mutuas

La perspectiva del partido dio pie a que las delegaciones española y británica que asistieron a la cumbre se gastaran algunas bromas con tanta más razón que sus despachos en la Fortezza da Basso, una fortaleza del siglo XVI dónde se reunieron los líderes, estaban también situados en el mismo pasillo, justo enfrente.Major le dijo a su homólogo español que los ingleses arrasarían y Aznar le preguntó en broma si estaba afectado por la enfermedad de las vacas locas. También le anunció que se verían en breve en el estadio de Wembley cuando se juegue la final pero, precisó, que el primer ministro británico estaría allí por obligación, al ser el Reino Unido el país anfitrión de la Eurocopa, mientras que él acudiría como jefe del Gobierno del país cuyo equipo jugaría y vencería ese día.

Uno de los más bromistas de la delegación española, Inocencio Arias, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, se puso, sin embargo, serio para replicar a los periódicos sensacionalistas británicos que, como el Daily Mirror el viernes, atacaron a los españoles. Llevan bigote, afirmaba ese rotativo, en una clara alusión a Aznar, para parecerse a su madre.

Arias, ex director general del Real Madrid, contestó al diario londinese: "Aunque lo que se ha escrito está supuestamente redactado en tono de broma no deja de ser insultante y denota un cierto racismo que siempre ha existido respecto a españoles y portugueses".

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