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Méndez prevé duras movilizaciones si se recorta la protección social y el despido

El comité confederal de UGT ratificó ayer por unanimidad la estrategia de diálogo social que viene aplicando su ejecutiva de común acuerdo con CC OO. El propósito de la dirección ugetista es "armarse de paciencia" y seguir negociando, pese al clima de dificultades y al aluvión de anuncios de posibles medidas del Gobierno. Pero el líder del sindicato, Cándido Méndez, dejo claro cuál es el límite: habrá una dura y larga conflictividad si se intenta abaratar el despido o recortar el sistema de protección social.

El máximo órgano de decisión entre congresos de UGT aprobó ayer una resolución en la que afirma que el inicio del diálogo social con el Gobierno y la patronal no está resultando satisfactorio por tres razones: "La sucesión de declaraciones y desmentidos del Gobiernó respecto a la supresión de derechos laborales, recortes de la protección social y privatización de servicios públicos;, la adopción unilateral por el Ejecutivo de medidas regresivas que ponen en entredicho su voluntad de diálogo y su capacidad para desarrollar la política de centro y moderada que ha anunciado; y la campaña sistemática que se está realizando desde grupos de presión conservadores y ámbitos empresariales que exigen al Gobierno adoptar una actitud intervencionista, recortar los derechos de los trabajadores y desmantelar nuestro actual Estado de bienestar social".Por todas esas razones, el comité confederal de UGT cree que se ha generado "un ambiente enrarecido y perjudicial" para el desarrollo del diálogo. Y lanza una advertencia ante la posibilidad de que se adopten determinadas "agresiones injustificadas", como "la concesión a los empresarios de mayor poder, o facilidades para destruir empleo mediante el abaratamiento del despido o el mal llamado contrato estable".La aplicación de esas medidas tendría como respuesta "un conflicto sostenido de largo alcance" al que, de momento, UGT no pone fecha ni duración. El secretario. de la central, Cándido Méndez, se negó ayer a hablar de la posibilidad de: una huelga general, pese a las reiteradas preguntas de varios periodistas: "La UGT ha sabido siempre administrar los tiempos y ahora estamos en el tiempo del diálogo y de la denuncia cuando ésta es necesaria. Ahora bien, ese diálogo va a estar acompañado de movilizaciones puntuales". Uno de los detonantes de esas movilizaciones puntuales puede ser el anunciado proceso de privatizaciones de empresas públicas.

Méndez mostró asimismo su recelo y rechazo. a las medidas puestas ya en marcha por el. Gobierno -el, recorte del gasto público y el plan de choque- y a otras anunciadas: "Suponen un diseño todavía difuso de un modelo social que viene a poner en entredicho el desarrollo socialmente equilibrado y con participación de los poderes públicos que se recoge en la Constitución. Un diseño que puede desembocar en un Estado mínimo con privatización indiscriminada de empresas, de la sanidad y la educación, con un recorte de las pensiones públicas y un abaratamiento del despido, en línea con el Libro Blanco de Termes que está manchado de ideología ultraliberal".

En cuanto al plazo tope marcado para el diálogo social por Joan Rosell, presidente de la patronal catalana Fomento, el secretario general de UGT hizo algunas precisiones. Le parece obvio que para septiembre se culminen las cuestiones relacionadas con los Presupuestos Generales de 1997, como el Plan de Empleo Rural o las retribuciones de los funcionarios. Pero rechaza que sea necesaria una fecha tope en las negociaciones que mantienen la patronal y los sindicatos sobre los desajustes del mercado laboral y la estructura de la negociación colectiva.

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