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Tres encapuchados matan a palos al dueño de un chalé y hieren a su mujer

En casa, de noche y desarmado. Emilio Langa Pérez, de 62 años, propietario de una conocida industria de material hidráulico, fue asesinado en la madrugada de ayer por tres atracadores a los que sorprendió robando en su chalé de la urbanización El Bosque de Villaviciosa de Odón (16.000 habitantes). Los ladrones, que iban encapuchados y armados, le mataron apeleándole con un bate de béisbol y con un navajazo en la habitación de matrimonio. También golpearon a la esposa con la culata de una pistola que se disparó. Tras la agresión, huyeron sin llevarse el botín. La Guardia Civil ha movilizado a sus efectivos para capturarles. A última hora de ayer no habían sido detenidos.La reconstrucción de los hechos apunta a que los asaltantes accedieron a la lujosa residencia, que carece de alarma y alambrada, sobre las 2.30. Entraron, presumiblemente, a través de un agujero practicado en el seto que rodea el jardín. Luego, aguardaron a que la familia apagase las luces. "Durante la espera, se comieron un melón", dijo a este periódico José Luis Langa, hijo del fallecido.

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Meterse en la casa, un edificio de ladrillo visto de dos alturas, no les resultó difícil: una ventana estaba abierta. En la primera planta está situado el salón y la cocina. Allí empezaron el saqueo. Joyas, candelabros, objetos de plata. Los ladrones actuaron con total impunidad. Incluso utilizaron las fundas de los cojines y del sillón para guardar el botín. Una vez limpiada la planta baja, subieron a las habitaciones.

Arriba, dormía Emilio Langa con su esposa, Carmen Moro. En otra habitación descansaba una hija del matrimonio, Carolina, de 21 años. Aquel día, como era su costumbre, Emilio había trabajado 12 horas en su empresa. Al volver a casa había nadado en la piscina y cenado. Luego, se acostó. Era un día más.

Pero al oír el alboroto, Langa despertó. Se levantó a ver lo que ocurría y se encontró a los ladrones de frente. El reloj marcaba las 2.55. Solo y desarmado se encaró a los encapuchados. Uno de ellos llevaba un bate, otro, una navaja y el tercero una pistola. Emilio Langa no tuvo miedo. Quiso evitar el robo.

"¿Pero qué hacéis, qué queréis?", gritó el industrial antes de ser apaleado y apuñalado

"¿Pero qué hacéis, qué queréis?", llegó a gritar Emilio Langa. Los ladrones le respondieron apaleándole con un bate, al tiempo que le exigían que entregase dinero y joyas. La esposa saltó de la cama para mediar en la pelea.

"Mi madre intentó ayudarle, pero le pegaron en la cabeza con la culata de una pistola", afirmó Carolina. Al golpear a la madre, el arma se disparó. La trayectoria de la bala no está aún delimitada. Mientras la familia sostiene que alcanzó a Emilio en el vientre, la Guardia Civil aguarda a la autopsia.

Tras apalear a Emilio, los asaltantes huyeron. Salieron a la calle. Atrás, en el salón de la vivienda, dejaron el botín. Aunque algunas fuentes indican que se marcharon en una camioneta, la Guardia Civil carece de pruebas que lo confirmen.

La hija llamó a su hermano José Luis y salió inmediatamente en busca de su hermana Dolores, quien reside con su marido e hijos en la misma urbanización. A su regreso hallaron a Emilio sobre la cama de matrimonio. "Aún vivía, pero lo habían reventado a palos, y mi madre tenía un fuerte golpe en la cabeza", dijo Carolina.

Emilio Langa, con heridas de extrema gravedad, fue trasladado al hospital Clínico, donde murió horas después. A falta de autopsia, la causa exacta del fallecimiento tampoco ha sido concretada. La, familia mantiene que se debió a la tunda de palos -"le reventaron el bazo", dijo una hija- En cambio, el médico del hospital Clínico certificó que Langa había ingresado herido por "arma blanca penetrante".

Malos recuerdos

Estas diferentes versiones, con todo, confirman que los atracadores iban armados al menos con pistola, bate y navaja. La posibilidad de que se trate de una banda implicada en otros asaltos es estudiada por la Guardia Civil, que no cree que sea la misma que en septiembre y octubre del año pasado asaltó cinco chalés en barrios residenciales de Pozuelo de Alarcón y Madrid (Mirasierra, Conde de Orgaz y Puerta de Hierro). Este grupo protagonizó una de las escaladas de robos más violentas de los últimos años en la región. Siempre elegían viviendas ocupadas. En un caso llegaron a violar a un menor. En otro atraco entraron en la vivienda del ex director general de TVE, José María Calviño, a cuya esposa apuñalaron. Tres supuestos integrantes de la banda fueron detenidos el 20 de octubre. El resto, sin embargo, huyó a Venezuela, donde aún siguen impunes.

"Los que ayer asesinaron a Langa son violentos, pero no parecen profesionales, ya que no se llevaron el botín y huyeron al ver, lo que había pasado", señaló una fuente de la investigación, quien destacó el hecho de que los ladrones subiesen encapuchados para ocultar el rostro. "Eso puede indicar que sabían que arriba dormía gente' , añadió. Pese a que al menos un atracador llevaba guantes, las huellas dactilares descubiertas en la vivienda también están siendo estudiadas.

Los delincuentes -dos descritos como bajos y morenos, otro alto- hablaban sin acento. La elección del chalé de Langa demuestra que habían vigilado el lugar. Junto a la falta de medidas de seguridad, el industrial carecía desde hace un mes de perros y la urbanización El Bosque no dispone de guardas. La vigilancia recae en las rondas de la Policía Local y la Guardia Civil.

El chalé, de unos 3.000 metros cuadrados, posee tres entradas. En el jardín -con rosales, pinos y césped- hay una piscina, una pista de tenis y una caseta de recreo. El edificio principal posee una puerta de servicio, por la que en un principio se pensó que habían entrado los ladrones.

María José, una vecina y amiga de la familia Langa, aseguró que el industrial nunca había recibido anónimos ni amenazas, aunque en tres ocasiones habían tratado de robar su casa. "Eso es casi normal, porque en esta urbanización los asaltos se repiten. A mí me quitaron el coche a plena luz del día", se lamentaba María José.

Último deseo

Esta mujer puso su casa en venta hace seis meses cuando falleció su esposo Francisco de un infarto. "Mi marido se llevaba muy bien con Emilio; pasaban largos ratos juntos y a Emilio le afectó mucho su muerte", dijo esta vecina. Tal era la amistad de ambos que, según afirmó María José, "horas antes de morir Emilio éste dijo a su familia que le enterraran cerca de Paco".

"Espero que detengan a los criminales", dijo José Luis Langa, quien, reunido en torno a su madre y sus hermanas Dolores y Carolina, no terminaba de creerse lo sucedido. "Me lo han matado a palos", sollozaba la viuda, ya restablecida.

Por su domicilio pasaron el concejal de Seguridad de Villaviciosa de Odón, José Domingo Sanromán, y la alcaldesa, Pilar Martínez, que fue compañera de la hija mayor de Emilio en el colegio. "Este hombre era ejemplar, muy trabajador, muy activo; en definitiva, una persona fantástica", afirmó la regidora tras su visita. .

La autopsia se hará publica hoy. Los 28 empleados de Hidráulica Langa, SL, no trabajaron ayer en señal de duelo. La industria se dedicaba a la construcción de grupos electrógenos y material de obras públicas -incluso llegó a suministrar accesorios para para blindados del Ejército español- destacados en misión humanitaria en la Guerra de los Balcanes-.

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