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EE UU vetará que Butros-Gali siga en la ONU

Estados Unidos utilizará su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para impedir la reelección del secretario general, Butros Butros-Gali. El diplomático egipcio, de 73 años, anunció el miércoles por la noche su voluntad de presentarse a la reelección para un segundo mandato, y ayer la Casa Blanca y el Departamento de Estado hicieron pública la oposición norteamericana: "El presidente cree que es muy importante que haya un nuevo liderazgo ante los nuevos desafíos que tiene este vital organismo internacional", señaló Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca.La situación reúne todos los requisitos para convertirse en una complicación en las relaciones entre EE UU y sus aliados. El portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, fue ayer explícito en cuanto a la determinación de llegar hasta el final: "Es una lástima que la situación se plantee de esta forma, pero estamos dispuestos a utilizar el veto". Las probables fricciones que se avecinan se unen a las que provoca la estrategia de EE UU de abordar conflictos como los de Cuba, Irán o Libia con amenazas a terceros países que no sigan sus criterios.

La decisión sobre Butros-Gali está mediatizada por la campaña electoral. Ante la ofensiva republicana contra la ONU y contra su secretario general, el presidente Clinton no puede permitirse el lujo de ir contra corriente. Aunque el asunto no figura en la lista de preocupaciones de los votantes, Clinton necesita neutralizar su ventual utilización electoral. Para justificar la decisión, la Casa Blanca dice que Butros-Gali no es la persona adecuada para mediar en los conflictos :posteriores al final de la guerra fría ni para llevar a cabo los cambios necesarios: "Es importante que haya un dirigente capaz de reformar la burocracia de la ONU y de recortar sus gastos", Jijo McCurry.

Burlas de Dole

Como no podía ser menos, el aspirante republicano a la presidencia, Bob Dole, ha hecho de la sustitución de Butros-Gali uno de sus objetivos. Dole no sólo se burla en los mítines de la pronunciación del nombre del diplomático egipcio, sino que personifica en él la supuesta subordinación de la política exterior norteamericana. A pesar de que a opinión pública no siempre comparte las críticas hacia la ONU, la mayoría tiene actitudes contrarias a los organismos internacionales si cree que interfieren con la soberanía.

El Congreso, dominado por los republicanos, abandera la cruzada contra Butros-Gali y utiliza una poderosa herramienta para provocar a Clinton: negarse a aprobar los fondos necesarios para que EE UU pague los atrasos en sus cuotas y las operaciones de mantenimiento de la paz, que ascienden a 1.500 millones de dólares (unos P5.000 millones de pesetas).

Acosado por estas presiones, laAdministración empezó a negociar en primavera la sustitución de Butros-Gali, cuando éste transmitió al secretario de Estado, Warren Christopher, su deseo de seguir en el cargo. Christopher intentó disuadirle y, según confirmó ayer el portavoz del Departamento de Estado, le ofreció la posibilidad de prolongar por un año su actual mandato, hasta que cumpliera 75 años, para darle la oportunidad de una salida digna. El martes, Butros-Gali rechazó la oferta y anunció a Christopher que trataría de conseguir un segundo mandato. La relación entre Butros-Gali y EE UU, que comenzó bien, empezó a deteriorarse tras el fracaso de la misión de Somalia. Las mayores tensiones se produjeron en el debate sobre el papel de la ONU en la antigua Yugoslavia.

El artículo 97 de la Carta de las Naciones Unidas prevé que el secretario general se nombre por los 185 países miembros a propuesta del Consejo de Seguridad, en el que los cinco miembros permanentes tienen derecho de veto. Francia, que apadrinó la candidatura de Butros-Gali, sigue defendiéndole. Simpatizan también con él Rusia y, en menor medida, China. El Reino Unido no se ha pronunciado, pero en la ONU suele alinearse con EE UU.

"Creemos que hay otras personas que tendrían una mayor capacidad para llevar adelante la reforma de la ONU", señaló ayer Mike McCurry. La alternativa que EE UU sugiere es una mujer. Entre los nombres que circulan están Mary Robinson, presidenta de Irlanda; Gro Harlem Brundtland, primera ministra de Noruega, y la japonesa Sadako Ogata, responsable del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

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