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Entrevista:DAVID GREENBERG - DIRECTIVO DE PHILIP MORRIS

"El tabaco crea adicción, pero también Internet, o comprar"

Gabriela Cañas

"La obsesión por reglamentar hasta los detalles más mínimos de la vida de la gente puede conducir a la violación de las libertades personales". Esta frase era el argumento principal del primer anuncio con el que la gran firma tabaquera estadounidense Philip Morris abrió su fuego de artillería en contra de la corriente detractora del tabaco. Su responsable, David Greenberg, es un experto abogado estadounidense fichado por la firma como vicepresidente de asuntos corporativos para la Unión Europea.De paso por Madrid, en la sede española de la compañía, Greenberg propone un debate público y sin prejuicios sobre el tabaco y, en línea con los lemas de su última campaña, admite que hay un riesgo sanitario para el fumador pasivo, pero que los hábitos cotidianos suponen riesgos aún mayores. Su estrategia, que pone de los nervios a asociaciones contra el cáncer y autoridades sanitarias en general, consiste en relativizar cualquier dato del tabaco.

La nicotina crea adicción, admite, pero también la crea navegar en Internet o incluso hacer el amor. Además, asegura, la gente quiere cigarrillos con nicotina. Los comercializados sin ella no han tenido ningún éxito. Él, por cierto, no fuma.

Pregunta. ¿No cree que la agresividad de sus campañas publicitarias puede ser contraproducente y lograr el efecto contrario al que se busca de denunciar tantas prohiciones?

Respuesta. Siempre es positivo discutir los hechos reales y las evidencias científicas relacionadas con temas públicos de importancia considerable y creo que en este asunto hay muchos malentendidos y que la atención que suscita esta campaña nos va a permitir establecer un diálogo constructivo. Si hablamos de los riesgos que supone el tabaco, si estamos dispuestos a hablar de las evidencias científicas aportadas por la Agencia norteamericana de Protección Medioambiental, si estamos dispuestos a estudiar las pruebas obtenidas por nosotros y las que son contrarias, creo que podremos avanzar. Estamos dispuestos a estudiar temas que tienen que ver con la irritación provocada por el humo.

P. Los datos parecen estar muy claros: 10 millones de personas morirán pronto cada año por culpa del tabaco y los fumadores pasivos son víctimas involuntarias del tabaquismo. Lo admiten todas las autoridades mundiales sanitarias. ¿A qué llama exactamente malentendidos?

R. El problema es que los datos se toman como hechos aislados. Lo único que estamos haciendo nosotros es ampliar la perspectiva con datos de riesgo para la salud de otras actividades cotidianas. Datos tomados de las mejores revistas científicas del mundo sobre el riesgo de consumir leche entera, agua clorada o galletas, por ejemplo. Viendo las tablas que ofrecemos en nuestros anuncios uno se da cuenta de cuántas cosas cotidianas suponen un riesgo incluso superior al que sufre el fumador pasivo. Ahí está el malentendido. Hay un riesgo, sí, pero el mismo jefe del equipo científico que aportó los datos sobre el peligro que viven los fumadores pasivos lo explicó así: "El humo del tabaco es un pequeño riesgo añadido probablemente inferior al que está uno expuesto en el tráfico de Washington". Son cosas que demuestran hasta qué punto este debate es político y no científico. Nos sentimos obligados a levantar nuestra voz en un debate público.

P. Las autoridades sanitarias han dicho a este respecto que sus datos son buenos para vender más cigarrillos, pero que no son ciertos.

R. El fumador pasivo tiene un riesgo mayor de 1, 19 de sufrir cáncer de pulmón, según los datos científicos. Pero un riesgo relativo inferior a 2 o 3 no es significativo, y es ridículo no tener en cuenta otros factores de riesgo, como son para el cáncer de pulmón el trabajo en una tintorería, el trabajo administrativo o ser conductor de un camión, cuyos riesgos son mucho más elevados. Pero de pronto sólo se centran en las cifras del 1,19 para el humo del tabaco y se considera un riesgo serio para la salud.

P. Entonces, definitivamente, van a seguir por el mismo camino en su campana.

R. Sí. Tras las primeras campañas criticando la excesiva normativa existente contra al tabaco y defendiendo la tolerancia hacia el fumador se nos criticó por el hecho de no tocar el tema sanitario. Por eso hemos realizado este tercer paso. El siguiente será responder a todos los que nos preguntan, por carta o vía Internet, acerca de los riesgos del tabaco. Incluso vamos a ofrecer los informes que nos son desfavorables. Queremos establecer un auténtico diálogo sobre este asunto.

P. Pero a ustedes se les acusa de haber ocultado datos sobre el poder de adicción que tiene la nicotina, por ejemplo.

R. El contenido de nicotina y alquitrán figura en cada cajetilla. Nosotros, además, ofrecemos una gama muy amplia de cigarrillos, icluídos los que no tienen nicotina. Respecto a la adicción le diré que alrededor de 40 millones de fumadores en Estados Unidos han dejado de fumar a lo largo del tiempo. Nueve de cada 10 lo ha hecho sin ningún tratamiento especial. El tema de la adicción también se ha politizado mucho. Según estudios científicos también crea adicción ir de compras, navegar en Internet, el sexo, correr o el humo. Le recuerdo, por otra parte, que la cadena de televisión norteamericana ABC emitió un reportaje sobre el supuesto ocultamiento de datos, que nosotros denunciamos ante los tribunales, por lo que tuvo que disculparse públicamente.

P. ¿Se ha planteado reconvertir su actividad?

R. No, en absoluto. Tenemos negocios importantes también en el sector alimenticio y cervecero, pero seguimos comprometidos con el tabaco y con, por ejemplo, 97 millones de fumadores europeos. Históricamente hablando, las tabaqueras en países como España, Italia o China han sido empresas pertenecientes por tradición a los Gobiernos. La industria privada es una recién llegada.

P. Antes dijo que ustedes fa brican cigarrillos sin nicotina. ¿Qué éxito han tenido?

R. Ninguno. A la gente no le gusta porque es difícil lograr un buen sabor sin nicotina. Nuestros competidores, como sabe, han hecho un cigarrillo sin humo que ha sido también un estrepitoso fracaso.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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