Yeltsin negocia a puerta cerrada el apoyo de Lébed.
El general, que hoy se entrevistará con Ziugánov, descarta pactar con los comunistas
El presidente ruso, Boris Yeltsin, ganador la primera vuelta de las elecciones presenciales del domingo, se reunió ayer a puerta cerrada con el general Alexandr Lébed para concertar una posible colaboración con vistas a la segunda vuelta contra el comunista Guennadi Ziugánov, que, según los recuentos todavía provisionales, le seguía a menos de tres puntos. Para ganar en la segundo vuelta, Yeltsin necesita una alianza con el máximo número posible de derrotados y aumentar la participación electoral, que según la última cifra oficial, distribuida ayer por la tarde era de "cerca del 70%".
Según los datos provisionales oficiosos disponibles ayer cuando se habían contado el 98% de los votos, Yeltsin lideraba con un 34,82% de los mismos, seguido de Ziugánov con un 32,13%, Alexandr Lébed con un 14,71%, Grigori Yavlinski con un 7,41% y VIadímir Zhirinovski con un 5,84%. El resto de los candidatos no habían llegado siquiera al listón del 1%. Mijaíl Gorbachov, el ex presidente de la URSS, se bautizó en el sufragio popular con un 0,51%, pero eso no le quitó ánimos para encontrar elementos positivos en la situación. [En España, los algo menos de 2.000 rusos con derecho a sufragio votaron mayoritariamente por Yeltsin, según la embajada: el 70% apoyó al presidente y el 28%, a Ziugánov].De la confidencial cita entre Yeltsin y Lébed no hubo imágenes ni información inicial. Más tarde, el general, pese a que tiene intención de entrevistarse hoy con Ziugánov, descartó un pacto con los comunistas.
El presidente reaccionó temprano a los resultados y a las siete de la mañana se reunió con Víktor lliushin, su primer asesor, y sus allegados. Yeltsin no estaba satisfecho con los resultados de las votaciones, ya que aspiraba a vencer en la primera vuelta, pero ni criticó ni elogió a su equipo, según Biushin.
Elogio a anteriores rivales
Poco después, sin anuncio previo, hizo una primera valoración televisiva de los comicios. El principal resultado, dijo Yeltsin, es que "en Rusia se han celebrado elecciones libres, directas y honradas", pese a los vaticinios que auguraban lo contrario. Consideró que la causa de que no hubiera salido presidente a la primera fue la dispersión entre varios candidatos del voto por "una nueva vida", y elogió a tres de sus rivales, Alexandr Lébed, Grigori Yavlinski y Sviatoslav Fiódorov, como "políticos conocidos y gente respetable". Así, el presidente indicó ya cuáles son los políticos con los que está dispuesto a colaborar. Fuera del ámbito de contactos emprendidos ayer mismo por el Kremlin parecen quedarse quienes habían obtenido pequeños porcentajes y también el imprevisible Zhirinovski.
La "unidad", a la que exhortó ayer el presidente durante su alocución, aparece ya como su principal consigna para la segunda vuelta. "La elección es extremadamente sencilla", señaló Yeltsin, "o bien hacia atrás a las revoluciones y las conmociones, o bien adelante, hacia la estabilidad y el bienestar".
Si el actual líder del Kremlin consigue atraer hacia sí a los votantes de Yavlinski, Lébed y Fiódorov tiene muchas posibilidades de hacerse con la victoria, aunque no puede decirse que esté asegurada, porque el electorado no necesariamente se dejará influir por los candidatos a los que votó en la primera vuelta de las presidenciales.
En Rusia, la disciplina de voto es una conquista reciente en el Parlamento, donde hasta hace poco cada diputado hacía lo que le parecía con independencia de su afiliación. 'Tos electores no son siervos y no se dejan en herencia exclamó ayer Ziugánov.
El jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, dijo que estaba profundamente satisfecho por la entrevista entre Yeltsin y Lébed, a quien colmó de elogios y calificó de "nuestro típico hombre ruso con nuestra [característica] sinceridad". "La lista de cargos políticos no se limita sólo a los puestos de presidente, primer ministro y jefes de las Cámaras", dijo el jefe del Gabinete, en una alusión a Lébed.
El general declaró a Radio Svoboda que había rechazado dos puestos que le fueron ofrecidos, uno de secretario del Consejo de Seguridad, por ser demasiado burocrático, y otro de ministro de Defensa, por tener pocas competencias. La impresión que reinaba ayer en los medios políticos es que Yeltsin puede crear un puesto especial para Lébed, como primer viceprimer ministro del Gobierno responsable de los llamados ministerios de fuerza, es decir Defensa, Servicio Federal de Seguridad e Interior. Chernomirdin abonó ayer esta hipótesis al señalar que las estructuras de fuerza en Rusia son muchas y "hay de qué ocuparse".
Con el fin de incrementar la participación electoral, Yeltsin presentará hoy a la Duma un proyecto de ley para declarar festivo el 3 de julio. La ley electoral establece que las elecciones deben efectuarse en día festivo y una fiesta imprevista en medio de la semana parece asegurar más asistencia que un domingo, dado que los rusos suelen irse a pasar el fin de semana a sus dachas. La Comisión Electoral Central orientaba ayer sus - planes de una segunda vuelta hacia el domingo 13 de julio.
Ziugánov también tienta
Ziugánov, que apareció ayer ante la prensa combativo, pero con aire fatigado se mostró también satisfecho de los resultados, afirmó que "hay que ir hacia adelante, hacia el futuro" y exhortó a Lébed y a Fiódorov a unirse con el bloque de Fuerzas Populares Patrióticas para la segunda vuelta. Ziugánov propuso a estos ex candidatos un programa mínimo consistente en restablecer la producción nacional, luchar contra la delincuencia y la corrupción, proteger a los desposeídos, y hacer renacer la ciencia, la cultura, el arte y la fe.
,,Cualquiera que sean los resultados definitivos de las elecciones, confirman que en Rusia ha comenzado el saneamiento de la sociedad", señaló el líder comunista, para quien el presidente Yeltsin con el resultado del domingo ha tocado techo en la primera vuelta y "si hubiera gastado menos en conciertos de rock y más en salarios los resultados hubieran sido mejores".
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