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Berlusconi busca la revancha en las regionales de Sicilia

No han pasado todavía dos meses de las elecciones generales que dieron la victoria al Olivo y las elecciones regionales de ayer en Sicilia ofrecen ya la ocasión para una revancha del centro derecha, que Silvio Berlusconi busca con ahínco. Los sondeos, sin embargo, no le favorecen. El atractivo que siempre tiene el ganador, sobre todo cuando las perspectivas son que gobierne durante bastante tiempo, debería pasar esta vez al centro izquierda. El predominio tradicional del centro derecha en la zona contribuye, sin embargo, a templar los optimismos.Pero tampoco este último dato puede dar plena seguridad al líder de Forza Italia (FI), sobre todo, teniendo en cuenta que en Sicilia se vota todavía con el viejo sistema proporcional, de modo que las coaliciones apenas cuentan. El partido del propietario de Fininvest se verá así en abierta competencia con sus socios de Alianza Nacional, lo que es poco confortante en una zona en la que el partido neofascista siempre tuvo un peso específico que hoy favorece a sus herederos.

Todo ello puede contribuir a explicar que, tras la intensa campaña electoral que Berlusconi ha desarrollado personalmente en Sicilia durante toda la semana pasada, algunos sondeos indiquen que su partido caerá del 32% de las elecciones generales a un pelado 20%.

Massimo d'Alema, desde las filas de la izquierda, recomienda prudencia en las previsiones de esta nueva prueba electoral para renovar los 90 escaños del Parlamento regional y el correspondiente órgano de gobierno. Un total de 1.438 candidatos repartidos entre 146 listas han competido por el poder.

Una prueba

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Las últimas regionales sicilianas, en 1991, fueron importantes porque marcaron el comienzo del declive del Partido Socialista Italiano de Bettino Craxi. Hoy, todo aquello es prehistoria. La proximidad y el tenor de la victoria del Olivo permiten descartar, por otra parte, que los resultados en Sicilia puedan tener una trascendencia nacional distinta de la de poner a prueba la capacidad de Berlusconi para mantenerse como líder de una oposición creíble.

Sicilia incluye, no obstante, cerca del 10% del electorado italiano y una cuota de importancia política y social aún mayor que el problema de la Mafia tiende a poner de relieve. Este tema no podía faltar en la campaña, con dos polémicas. La primera la desató el jesuita Ennio Pintacuda,

en otros tiempos a migo de la izquierda, al sugerir que los comunistas tuvieron que ver hace años con el asesinato de uno de sus líderes por la Mafia.

La segunda deriva de la noticia, filtrada misteriosamente a la prensa el día del cierre de la campaña, de que una grabación telefónica en poder de los jueces demuestra que el capo mafioso Giovanni Brusca, el que pulsó el detonador del atentado contra el juez Giovanni Falcone, recomendó el voto por Fl pocos días antes de ser detenido.

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