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"La edad media de caer en la heroína es 12 años", dice Madres contra la Droga

El Plan Nacional anuncia programas para menores en 1997

"Que nadie se rasgue ahora las vestiduras", afirma Sara Nieto, de la Asociación Madres contra la Droga. "La media de edad de caer en la heroína está ya en los 12 años, y es un dato que tiene la Administración y lo oculta". El caso del niño murciano de 11 años, heroinómano desde los cinco, que recibe atención en un centro de El Patriarca en Puente Genil (Córdoba), ha conmocionado a la sociedad española. No parece un hecho aislado. El Plan Nacional sobre Drogas ha anunciado rápidamente programas para menores en 1997.

En el Cortijo de Santa Elena, en Puente Genil, querían ayer silencio informativo y rodear de una vez al niño murciano de las condiciones precisas para su desintoxicación. "Hay muchos casos, y más que va a haber" dice Montse Rafel, vicepresidenta de la organización internacional Lucien, J. Engelmejer / El Patriarca. "En nuestros centros princilales de menores, como Palma de Mallorca y Córdoba, resulta algo habitual. El problema va a agravarse porque cada vez abundan más las familias toxicómanas: los niños imitan a los padres, cogen la papelina, etc. Y cada vez vamos a tener drogadictos más pequeños. El problema se cronifica, porque la gente no se cura"."Entre el 80% y 90% de quienes se inician en la droga lo hacen siendo menores", dice el nuevo delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles. "Por eso a partir de 1997 vamos a crear centros específicos para menores. Serán no sólo de desintoxicación, sino de reeducación, en régimen abierto, para que puedan seguir en casa. Lo importante es que no convivan con gente que lleva muchos años enganchada, porque se contagiarían de otro tipo de problemas. Subvencionaremos programas de ayuda de ONG para menores drogadictos".

Madres contra la Droga lleva demasiado tiempo conviviendo con el tema. Su portavoz Sara Nieto distingue dos etapas en el consumo de heroína en España. La primera, la de la generación que corresponde a los que ahora rondan los 25-30 años y que empezó fumando la heroína, para sortear el peligro más siniestro de los años 80 derivado de inyectársela: el sida. Este perfil, según Nieto, ya ha desaparecido. Ahora las estadísticas de toxicómanos las nutren quienes se estrenan con drogas de síntesis, éxtasis y cocaina. Y abundan los niños "de riesgo", añade Nieto, los que viven en un hogar donde ya hay al menos otro consumidor: los pequeños heroinómanos son fáciles de encontrar en los poblados marginales de la periferia de las ciudades.

En cuanto a las drogas de síntesis, la revista médica British Medical Journey reveló ayer que el consumo de éxtasis puede causar daños cerebrales a largo plazo. Según la publicación hay, desde hace años, evidencias de laboratorio de que causa una degeneración neurológica en el cerebro de los animales.

"El problema de las drogas de síntesis va en aumento", señala Gonzalo Robles, "pero el principal obstáculo entre adolescentes es el desmesurado abuso de alcohol. La heroína, según los datos, va teniendo menos incorporaciones, y desde luego es un fenómeno más asociado a la marginación".

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