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Urbanismo a flor de piel

En las escuelas de arquitectura se estudia el caso de Vigo como modelo de lo que no se debe hacer en materia urbanística. Hasta los taxistas cuentan a los forasteros esta "anécdota del máximo nivel" para justificar los dislates de tráfico en los estragos urbanísticos.Toda la ciudad parece consustancializada en ellos. Hubo un plan urbano del arquitecto Antonio Palacios, cuya aplicación abortó la guerra civil. Luego, promotores y constructores encontraron en Vigo patente de corso para ejecutar su gran desarrollo, a partir de los años cincuenta. La ciudad no tuvo su primer Plan General de Urbanismo hasta 1971, y resultó estrictamente inaplicable. La especulación, escándalos y desafueros en los resultados urbanísticos de Vigo admitirían sólo comparación, en España, con los de ciudades como Gijón, Alicante y Málaga, "pero los de aquí se llevan la palma", señalan fuentes del Colegio de Arquitectos.

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El actual alcalde, Manuel Pérez, acusa a sus predecesores socialistas de llevar "16 años destrozando la ciudad". Con lo cual "ya se ve que quedan pocas cosas a las que meter mano", ironiza el líder vecinal José Sánchez. Y concluye: "Por eso vamos a dar la guerra que haga falta defendiendo Samil".

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