El 'futbolibro' bate récords
Entre el consumo rápido y la literatura, las editoriales explotan la mina del balón
Un género aparentemente nuevo, a caballo entre el relato épico-deportivo, la hagiografía, el reportaje largo y -menos- la literatura, inunda estos días las librerías españolas. Es el futbolibro, último grito editorial, que en año y medio ha alcanzado cifras de ventas jamás soñadas. El líder del fenómeno es José Ramón de la Morena, periodista de la Cadena SER, que ha vendido 130.000 ejemplares de su diario Los silencios de El Larguero. Es casi el único atlético que triunfa (con Antic): Valdano, Cappa, Raúl, Mendoza, Robinson, Clemente y Arsenio protagonizan los títulos más de moda.
Entre las decenas de libros nuevos que llegan estos días de feria por tierra y aire a los periódicos, muchos llevan un rostro archiconocido en la portada. Sobre la foto -casi siempre, a sangre-, una fórmula inequívoca: el nombre artístico seguido de un subtítulo. Clemente, mitad monje, mitad guerrero; Antic, jaque a la Liga- hizo doblete, pero la Copa no figura-. Ramón Mendoza, dos pelotas y un balón. Raúl, el futuro, la intimidad del fútbol, por Angel Cappa.Son algunos de los últimos futbolibros, la expansión de un fenómeno editorial que se inició hace ahora año y medio con el más literario de los entrenadores, Jorge Valdano. Carmelo Martín -seudónimo de los Carmelos, Carmelo y Martín Rivero, dos ubicuos hermanos y periodistas canarios- han vendido ya cerca de 110.000 copias de Valdano, sueños de fútbol, exhaustivo reportaje sobre la ideología futbolística del ex entrenador del Real Madrid.
La fórmula iniciada entonces parece repetirse ahora con fruición. El PAÍS-Aguilar ha ido sumando nuevos títulos: Arsenio, el fútbol del brujo (Xosé Hermida); Madrid-Barça, historia de un desamor (J. García Candau); Raúl, el futuro (Borelli y Villarejo), Las cosas de Robin (contadas por el mismo Michael Robinson). Según la editorial, los fabulosos best sellers de Valdano y De la Morena son sólo la punta del iceberg: el resto de la colección Visto y Leído, dedicada al balompié, "andan en torno a 30.000 ejemplares, una cifra muy difícil de alcanzar con la mayoría de los novelistas afamados".
"¡Caramba!", exclama al teléfono el afamado novelista (y madridista acérrimo) Javier Marías. Luego dice: "Está bien que haya libros de fútbol en las listas de los más vendidos; siempre está bien que la gente lea, aunque no sea Shakespeare, y a lo mejor eso ayuda a que se deje de ver al fútbol como el patrimonio de los brutos". "Además, no me extraña tanto", añade , porque el libro de Valdano estaba muy bien, y el de Candau también es muy apetecible, parece que cuenta cosas curiosas, poco sabidas, amenas, sobre todo para los culés y los merengues". No coincide en absoluto Juan Bonilla, joven autor (Nadie conoce a nadie) sevillano: "Ese libro es muy madridista. Resultado: gana el Madrid por goleada". Claro que Bonilla, según confiesa, desde que vive y publica en Barcelona se está construyendo una infancia culé. Y eso que en su primera entrevista en EL PAÍS -dijo que era negro (entonces escribía guiones para El Loco de la Colina) y del Betis.
Pero dejemos a los negros, que son casi tabú en este asunto (los árbitros, ya saben), y sigamos con lo blanco. El último título de la saga fue presentado el jueves, se llama Dos pelotas y un balón, y lo firma Ramón Mendoza, ex presidente merengue. Se sabe que a Mendoza siempre le gustó escribir, que estudió periodismo [fue corresponsal dos años de Marca en Francia], que ha escrito el libro a mano, y que alguien le ha ayudado a pasarlo al ordenador porque él se maneja regular... Pero lo novedoso es que Mendoza ha inaugurado un subgénero dentro de este nuevo género: las memorias con ajuste de cuentas. ¿Imaginan a Gil y Caminero, a Cruyff y Núnez, tirándose los trastos por escrito? Un bombazo.
¿Y quién inventó el futbolibro? Según algunos, una culpable es Ymelda Navajo, de Planeta, que hace siete años importó de Estados Unidos el libro kleenex, de consumo rápido o de encargo editorial, para la colección Temas de Hoy. Enrique Murillo, de Plaza y Janés, habla de Juan Cruz, el editor que siempre va deprisa, como el creador del género: "A cada cual lo suyo. Cuando esto era un fenómeno inédito, él metió el fútbol en los libros: si el de Carmelo Martín no hubiera funcionado, otros no nos habríamos atrevido".
Plaza y Janés se ha unido a la carrera con dos libros basados en personajes polémicos y/o actuales, Javier Clemente y Radomir Antic. "Han dado gran resultado", dice Murillo. La primera edición de Clemente, mitad monje mitad guerrero (J. M. Sirvent y Orfeo Suárez) se agotó en una semana. "En la concentración de la selección se lo quitan de las manos". Antic también acabó con todos firmando en el Retiro el libro cuyo autor es Leontxo García. "Y ya lo estamos vendiendo a editoriales serbias", dice Murillo. "Yo creo que hay un mercado muy fuerte. Sólo Marca tiene un millón de lectores, y si el 15% de ellos comprara libros..."
No lo cree Angeles Aguilera, de Temas de Hoy, que dice que si el fútbol interesa como fenómeno, hay que probar, aunque no ve muy claro que los lectores de periódicos deportivos se animen con libros. De todos modos, su editorial ha sacado Caldera de pasiones, de Carlos Toro, premio en el concurso literario-deportivo de la revista Don Balón; Negocio Redondo, de Miguel Angel Nieto, y, más recientemente, otra versión de la saga Clemente: La discordia nacional (de Jesús Alcaide y Rafael José Álvarez -El Mundo-).
A todo el despliegue de la noficción hay que añadir los intentos literarios. Cuentos de fútbol, que publicó Alfaguara hace un año y medio, ya está en la reedición, y prepara el segundo volumen. El libro de Eduardo Galeano El fútbol a sol y sombra, y Fiebre en las gradas, de Nick Hornby, un forofo del Arsenal que ha contado su experiencia sufridora en Ediciones B.
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