Organizaciones agrarias españolas dicen que Londres no garantiza la seguridad
Las organizaciones agrarias españolas Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) han manifestado su rechazo al plan para la erradicación de la enfermedad de las vacas locas presentado por el Reino Unido a la Unión Europea (UE).Para ambas organizaciones se trata de un compromiso insuficiente que no garantiza la seguridad de los consumidores ni de los propios ganaderos, y señalan su oposición a la postura de la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, favorable ahora a las importaciones de semen, gelatinas y sebos tras haber manifestado su rotunda oposición a finales de mayo. A favor de la titular de Agricultura se ha manifestado la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), organización cercana al Partido Popular, para quienes la decisión de España ha sido acertada, aunque no se ha sabido explicar.
De acuerdo con su postura de rechazo a la decisión de Loyola de Palacio, la COAG ha puesto en marcha una campaña de información y asesoramiento con pasquines en toda España con el fin de evitar que los ganaderos españoles utilicen semen de toros ingleses para la inseminación de sus animales. Según la COAG; no es recomendable adquirir este producto mientras no existan garantías totales sobre la inocuidad de su consumo, y califica como una grave irresponsabilidad la decisión de la ministra, de votar a favor de la exportación de sebos, gelatinas y semen en base a los datos de los servicios técnicos ingleses, en lugar de esperar lo que decida el Comité Veterinario Permanente de la UE, que es la autoridad sanitaria.
Fernando Moraleda, secretario general de la UPA, estima que Loyola de Palacio se equivocó antes votando en contra de los ingleses o bien ahora haciéndolo a favor, y considera lamentable que pueda haber un voto político en relación con un problema de consumo sobre el que no se conocen todos los datos y riesgos de la enfermedad.
En medios agrarios españoles, el programa del Reino Unido para la erradicación de la enfermedad ha sido considerado como excesivamente vago, al no contener las medidas que se están aplicando, diferentes. a las que se exigieron a España con la peste porcina. El plan habla de la posibilidad de sacrificar hasta 80.000 animales y de realizar un seguimiento para detectar los animales afectados. Preocupa cómo se va a realizar el seguimiento sobre los animales que salieron de las explotaciones afectadas.
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