Pujol cede a las presiones y conserva en su puesto al consejero de Bienestar Social
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha debido ceder ante la presión interna y externa en contra de que ejecutara su decisión inicial de suprimir la cartera de Bienestar Social. Pujol anunció ayer el esperado reajuste de su Gobierno, que mantiene esa cartera e incluso a su titular, Antoni Comas. En la última semana Pujol tuvo que afrontar la rebelión de buena parte del aparato de su partido (CDC) y la presión de numerosos telegramas y escritos de entidades sociales contrarias todas ellas a la desaparición de esa cartera.
Un comunicado oficial de la Presidencia de la Generalitat aminció ayer que se suprime el Departamento de Comercio, Consumo y Turismo, que es absorbido por el de Industria. Además, el hasta ahora consejero de Enseñanza, Joan María Pujals (CDC), pasa a Cultura. Su lugar será ocupado por Xavier Hernández (UDC). También hay relevo en el Departamento de Medio Ambiente: cesa el independiente Albert Vilalta y en su lugar es nombrado Pere Macias (CDC).De esta forma, Unió compensa la pérdida de Comercio por la más importante cartera de Enseñanza. Pujol se había comprometido a mejorar la posición de Unió para compensar a este partido por la pérdida de la presidencia del Parlament, que la oposición le arrebató tras las elecciones autonómicas de noviembre en beneficio del socialista Joan Reventós. Convergència también mejora posiciones, al sustituir Pujol a un independiente por un dirigente del partido en la provincia de Girona. Macias era hasta ahora alcalde de Olot, presidente de la Diputación de Girona y presidente de la Asociación Catalana de Municipios.
Pero lo más relevante ha sido el pulso que le han echado a Pujol para evitar que la cartera de Bienestar Social fuera suprimida de un plumazo. El presidente catalán y su consejero de la Presidencia, Xavier Trias, habían diseñado un proyecto para simplificar y racionalizar la Administración autonómica que pasaba por la supresión de dos de las 14 consejerías. Además, la supresión de Bienestar Social permitía transferir al Departamento de Cultura la relación con el mundo asociativo de la inmigración.
Bienestar Social es una cartera cuyas actividades han sido muy criticadas por la oposición. Controla una importante red de oficinas de bienestar social, la enseñanza de adultos, la protección de la infancia, los servicios a la tercera edad y las viviendas sociales distribuidas por los barrios más deprimidos del cinturón de Barcelona. La oposición acusaba al consejero Antoni Comas de utilizar su poder para hacer clientelismo.
La reacción de la oposición al reajuste del Gabinete fue muy crítica. El socialista Joaquim Nadal habló de "apaño" y de "un Gobierno más conservador que el anterior". Aleix Vidal-Quadras censuró que Pujol se hubiera plegado a las presiones "clientelares" y "electoralistas" para conservar Bienestar Social.
Durante la reunión del comité ejecutivo de Convergència del pasado lunes, la mayoría de los asistentes que tomaron la palabra al abordar las expectativas de reajuste de Gobierno lo hicieron en defensa de la continuidad del Departamento de Bienestar Social, con el argumento de que su desaparición acentuaría la imagen de derechización de CiU que proyecta su pacto con el PP, y de que difícilmente los departamentos que iban a heredar las competencias de esa cartera podrían dedicar su atención a las necesidades de los barrios y colectivos más marginados. Tampoco estuvo ausente la constatación de que, gracias a la labor de Comas y su equipo, CDC ha penetrado en barrios obreros a través de las oficinas de bienestar social y una relación preferente con las casas regionales.
Paralelamente se movilizaba el mundo asociativo vinculado a Bienestar Social con el envío de mensajes a Pujol desaconsejando su decisión. Menos suerte han tenido las asociaciones de comercio, hostelería y turismo que se han opuesto públicamente a la desaparición del Departamento de Comercio, y los sindicatos, movimientos de renovación pedagógica o asociaciones de padres que han reclamado la continuidad de Pujals al frente de Enseñanza.
Bienestar Social cede de todas formas algunas de sus competencias, aunque no son las más importantes: la dirección general de Protección a la Infancia pasa al Departamento de Justicia, y la Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas, al de Gobernación. Cultura se ve potenciada con las secretarías generales de Juventut y de Deportes, hasta ahora en Presidencia, pero se ha frustrado la asunción de competencias procedentes de Bienestar Social.
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