Pactábamos lo que había que decir

El magistrado del Tribunal Supremo Eduardo Móner no pudo evitar ayer un gesto de extrañeza cuando el ex policía Míchel Dominguez le explicó que en la Audiencia Nacional "las declaraciones no se hacían como aquí".Según el abogado Pablo Jiménez de Parga, el exagente precisó que "en la Audiencia nos reuníamos previamente y pactábamos que había que decir y lo que no. Luego, entraba el escribiente y el juez dictaba lo convenido".Domínguez agregó que, cuando pactó declarar en el caso GAL, pidió no implicar a ningún policía de igual rango. Garzón le contestó. que no le importaba "porque", dijo, "yo lo que quiero es ir para arriba". Sin embargo, más avanzada la causa, el juez implicó a Luis Hens y Juan Ramón Orujo, dos de los agentes que vigilaron a Segundo Marey en su secuestro.

Según otra fuentes, el ex policía arrepentido se refirió también al serial que José Amedo y él publicaron, en El Mundo. Dijo que Garzón lo sabía y lo consintió durante un tiempo. "Pero después se empezó a poner nervioso, cuando arreciaron las acusaciones de vulneración del secreto sumarial, y nos hizo firmar un acta en la que decíamos que las declaraciones habían sido previas a las que le hicimos a él".

El abogado de Luis Roldán, José Luis Rodríguez Porto, fue el que se, mostró más agresivo con el ex policía. En un momento dado, incluso llegó a preguntarle directamente "si el juez le había puesto una pistola en el cuello".

El magistrado Móner le preguntó directamente si Garzón llegó a amenazarle directamente con la cárcel: "Sí", replicó; "a mí y a su mujer".

El letrado de la acción popular, José Luis Galán, dijo que no cree que, en definitiva, las declaraciones de Domínguez vayan a tener "ninguna repercusión" en la causa porque "en ningún momento se le indujo a declarar nada que fuese contrario a la verdad".