Esperanza para Chechenia

Durante el pasado año, las esperanzas de paz en el sombrío paisaje checheno han resultado todas falsas. ( ... ) La última, sin embargo, tiene mayores posibilidades de fraguar, y el presidente ruso, Borís Yeltsin, lo necesita para su supervivencia política. ( ... ) Yeltsin obtuvo un éxito de indudable importancia al persuadir al nuevo dirigente de los rebeldes chechenos, Zelimján Yandarbíev, de acudir al Kremlin y firmar un alto el fuego. Su viaje a Chechenia al día siguiente fue una muestra preclara de las bravatas yeltsinianas. La tarea fundamental del presidente, desde un punto de vista electoral, es asegurar que sus tropas depongan las armas, incluso si los chechenos, que bien pueden hallarse divididos entre sí, no hicieran lo propio de forma inmediata. ( ... ) Si el alto el fuego dura al menos hasta la segunda vuelta de las elecciones, probablemente a principios de julio, Yeltsin estará en condiciones de presentarse como un pacificador. ( ... )En cualquier caso, está claro que los chechenos han logrado su objetivo: Rusia ha renunciado de hecho a su esperanza de aplastarlos por la fuerza. Más aún, con la entrevista directa con el dirigente checheno, convocada sin condiciones previas sobre el futuro constitucional de la región, Yeltsin parece ir conciliando la idea de que los chechenos podrían seguir su camino en solitario si votaran por la independencia completa en lugar de por la amplia autonomía que les ofrece. ( ... )

, 1 de junio